¡La extrema polarización de la sociedad
americana y el hundimiento de Trump conducen al gran enfrentamiento
civil que se avecina!
Por Yorgos Mitralias
Traducción de
Fátima Martín![]()
¡Estamos
a un paso de lo que ayer era impensable, el alejamiento -de una manera u
otra- del 45º presidente de EEUU de la dirección de su país, sólo siete
meses después de su llegada a la Casa Blanca! La constatación no es en
absoluto arbitraria y tiene fundamentos sólidos. Se funda en el hecho de
que el famoso 1% de los ultraprivilegiados a los que Trump se ha
propuesto hacer aún más ricos gracias a sus espantosas reducciones
fiscales y otros regalos impresionantes, ¡le abandona ahora en masa,
retirándole espectacularmente su apoyo y dando a entender que no le
quiere más en la Casa Blanca!
Y en efecto, la lista de las “ratas (millonarias) que abandonan el
barco” es más que impresionante. No se trata de algunos de los grandes
patronos, sino de la flor y nata del gran capital norteamericano e
internacional. Uno tras otro, los presidentes de Merck, IBM, General
Motors, Intel, 3M, Blackstone, Apple, Walmart, General Electric, Pepsi,
Coca-Cola, y de decenas de otras, así como los de los colosos bancarios
-que hacen y deshacen gobiernos- como JP Morgan Chase y Goldman Sachs
(!) han anunciado en el espacio de 2-3 días, no sólo que condenan
categóricamente las declaraciones escandalosas de Trump, sino también -y
sobre todo- que dimiten de las comisiones económicas, políticas y
patronales que aconsejan tradicionalmente a los presidentes de EEUU. Y
el colmo es que queriendo prevenir la dimisión de los restantes miembros
de estas comisiones, evento sin precedente histórico, Trump se ha
apresurado… a disolver estas comisiones para “facilitar” -como él mismo
ha declarado- la labor de sus miembros.
Evidentemente, los grandes medios dirán que “todo ha comenzado” cuando
Trump ha impactado a todo el mundo tomando la defensa de las estatuas de
las celebridades del Sur esclavista y descubriendo a “buenas gentes”
entre las filas de racistas y otros neonazis participantes en las
provocaciones (mortales) de Charlottesville. Sin embargo, la realidad es
muy otra. Esta flor y nata capitalista de EEUU ha sido forzada a
abandonar finalmente a Trump ¡gracias a la presión -organizada y
asfixiante- ejercida sobre ella día tras día y durante meses por decenas
de organizaciones y movimientos ciudadanos! Los medios utilizados han
sido tanto tradicionales (peticiones con cientos de miles de firmas)
como más movimentistas, como la ocupación de la sede de JP Morgan o las
intervenciones espectaculares de los manifestantes en las asambleas de
los accionistas de estas multinacionales. Y todo esto coordinado por el
sitio Corporate Backers of Hate (Empresas Patrocinadoras del Odio), que
se ha dirigido prioritariamente a los dirigentes de las nueve empresas
más proTrump…
La presidencia de Trump está pues agónica y el escenario más probable es
que sea forzado a dimitir quizás antes del fin de este año. Pero
atención: No hay que creer que el alejamiento de Trump de la Casa Blanca
hará volver a la superpotencia mundial a la situación existente antes de
su elección, porque una cantidad enorme de cosas ha cambiado, algunas
radicalmente, en EEUU en estos 20-25 meses.
Para empezar, incluso en ausencia de Trump en la Casa Blanca, en EEUU,
existe ya y continuará desarrollándose un movimiento de masas racista,
xenófobo, antisemita, misógino, ultraconservador, oscurantista y de
extrema derecha que goza de importantes apoyos entre una gran parte de
los medios, la policía y colectividades locales. Una prueba
suplementaria no solamente de su existencia, sino también de su profundo
enraizamiento en la sociedad norteamericana la tenemos en el hecho de
que las recientes declaraciones provocadoras de Trump con motivo de los
sucesos de Charlottesville, que han provocado tantas reacciones
negativas en EEUU y en todo el mundo, ¡no han hecho bajar, sino al
contrario, han hecho pasar su popularidad del 33% al 39%! La conclusión
no es difícil: Dado que este movimiento racista y violento de extrema
derecha constituye de aquí en adelante un componente estructural de la
realidad norteamericana, los que lo ignoren en sus análisis y -sobre
todo- en sus proyectos políticos no sólo edifican sobre la arena sino,
lo que es más grave, socavan -de hecho- el combate de los que resisten y
luchan por “otro mundo posible”…
Productos directos de la extrema polarización de la sociedad
norteamericana, el “fenómeno” Trump y -aún más- el desarrollo de un
movimiento de masas racista y de extrema derecha demuestran la magnitud
de la crisis sin precedentes que hace temblar al Partido Republicano.
Una crisis que amenaza ya con el hundimiento del bipartidismo en EEUU,
es decir, el pilar del sistema político que asegura, desde hace dos
siglos, que la dominación de la clase dirigente de la superpotencia
mundial se perpetúe sin mayores problemas. Y al mismo tiempo estamos
asistiendo al rápido desarrollo de otro movimiento diametralmente
opuesto y aún más masivo que el anterior, que tiende a organizarse de
forma independiente ¡y contra el Partido Demócrata!
Así que no es casualidad que, a la vista de los acontecimientos
cataclísmicos que se perfilan en el horizonte, la dirección del Partido
Demócrata -que se identifica en gran medida con el establishment
político, económico y mediático del país- se prepare ya para los
combates de mañana ¡declarando la guerra a… Bernie Sanders! La razón es
evidente: Bernie no para de batir récords de popularidad, mientras que
sus enemigos declarados en la cabeza del Partido Demócrata logran una
verdadera hazaña ¡siendo todavía menos populares que Trump! Al mismo
tiempo, ¡el programa de reformas progresistas de Bernie goza a partir de
ahora del apoyo de la gran mayoría de los ciudadanos americanos y de una
parte sustancial de la base plebeya de Trump! Y esto porque la mayor
parte de los ataques reaccionarios, xenófobos, misóginos y antiobreros
perpetrados por Trump durante estos últimos 7 meses han encallado por la
movilización y la resistencia popular, lo que ha conducido a resultados
diametralmente opuestos a los deseados por Trump. Dos ejemplos: El
intento (abortado) de abolir el sistema de salud (ya modesto e
insuficiente) de Obama se ha chocado contra una fuerte reacción popular
que ha conducido a la creación de un movimiento en favor de un sistema
de salud único que cubra sin excepción a todo el mundo, el cual goza del
apoyo de la gran mayoría de la población norteamericana. Asimismo, el
intento de blanquear y de rehabilitar las tradiciones racistas del país,
conduce ahora a derribar o a apartar los monumentos del Sur esclavista
uno detrás de otro, así como al desarrollo de un movimiento antirracista
y antifascista de masas sin precedentes…
Una de las consecuencias de la extrema polarización política, de la
radicalización galopante de la sociedad y del hundimiento en curso del
bipartidismo tradicional es el desarrollo de grandes movimientos
sociales progresistas que luchan en varios frentes sociales y otros,
mientras que asistimos a la explosión de un fenómeno que sería
impensable hace solamente dos años: ¡La gran popularidad de la que
disfruta la palabra “socialismo” y su contenido emancipador, sobre todo
entre la juventud norteamericana, lo que provoca fervor por las
organizaciones y partidos que se reivindican del marxismo, del
socialismo democrático y de la lucha de clases!
Emblemático de esta nueva realidad es el caso de los “Socialistas
Demócratas de América” (DSA), una organización de izquierdas fundada
hace 35 años, que subsistía hasta hace poco. Aprovechando el entusiasmo
por el movimiento que ha apoyado la candidatura de Bernie Sanders, ¡DSA
ha quintuplicado su base organizada en el curso de los últimos 20 meses,
consiguiendo reagrupar actualmente a 25.000 miembros, la gran mayoría de
los cuales de menos de treinta años! También es de destacar que en su
Congreso celebrado en Chicago a mediados de agosto, la DSA ha efectuado
un espectacular viraje a la izquierda, lo que constituye un hecho muy
prometedor el cual refleja, por cierto, la fuerte radicalización de la
juventud norteamericana, las mujeres, pero también las minorías como los
pueblos indígenas, los Afroamericanos y los Latinos (con o sin papeles).
La conclusión es tan evidente que nos hace esperar que incluso esta
izquierda europea desanimada, derrotada y fatalista podría hacerla suya
para liberarse de su pasividad, encontrar la inspiración y comenzar a
salir de sus impasses: La crisis de la superpotencia mundial ya ha
sobrepasado todo precedente histórico creando una situación totalmente
inédita, así como un nuevo paisaje político y -evidentemente- nuevas
tareas para la izquierda tanto en el interior como en el exterior de
EEUU, a escala mundial. A partir de ahora, todo es posible. Tanto lo
peor como lo mejor. Como nunca antes…
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Notas:
1. Decenas de textos y de vídeos sobre la situación de EEUU, la crisis
de la presidencia de Trump y del bipartidismo norteamericano, así como
el desarrollo cotidiano en el interior del movimiento radical de masas
que resiste, todo está publicado día a día en el Facebook : https://www.facebook.com/EuropeansForBerniesMassMovement/
Lo recomendamos vivamente a quien quiera tomar el pulso de lo que pasa
en EEUU a través de textos, vídeos e imágenes de primera mano del propio
movimiento norteamericano de masas.