He
estado en Toledo. Apuntes rápidos, copio del cuaderno de notas de viaje:
“Agua”. “Llevo toda la semana arrastrando un catarro, o lo que sea”. “Me
siento agua”. “La escultura fuente (una de las tres piezas del proyecto
Tres Aguas) que diseñó Cristina Iglesias y que instalaron frente al
edificio del ayuntamiento, cerca de la catedral, es muy sugerente,
inspiradora, cercana, las tres lo son. Magníficas. Pero, ni algunos
toledanos, ni los turistas que buscan lo monumental ven esa esplendidez,
a muchos les parece una chapuza; los chavales turistas meten la nike en
los costados, sobre el follaje metálico, gótico y húmedo, lo pisan, ¿por
ver si resiste?, algo les tienta a hacerlo. Esto no es arte monumental,
se puede tocar. La chavalería turística tiende a parecerse, todos se
afanan en guasaps, y no ven ese entramado metálico como algo aparte de
la vida, de su vida en ese momento. Yo tampoco. Lo he pisado, lo he
dibujado: dos paneles semi sumergidos enmarcados en una alberca de
piedra, calculo veinte metros por más de cinco (quizá sean más en ambos
sentidos), surcado el conjunto a lo largo por una grieta ancha por la
que discurre el agua. Flotan papeles, colillas, pequeños desechos. Quizá
Cristina pensó que eso sería así, ¿contaba con ello? Hay un ciclo
programado: arroyo, crecida y lámina de agua, tras el que todo se queda
bajo el agua. Se refleja el cielo, el ayuntamiento, la catedral. Pienso
en el lecho prerrafaelita de Ofelia ahogada, imagino el Senado bajo el
agua”. “Estamos sumergidos, no vemos el agua”. “Filtraciones”. “He
visitado el recinto en donde exhiben el cuadro de El Greco sobre el
entierro del señor de Orgaz, ya no se llama El entierro del conde de
Orgaz, ¿por qué?, no era conde cuando murió, me dice una bedela”.
“Grecia y Toledo”. “Yanis Varoufakis tiene magnetismo tentador personal,
muy sexy, pero no tanto su Plan B, me parece. Assange también sigue
tentando para que le lleguen filtraciones sobre el TTIP, paga bien.
Crowdfunding”. “Grietas y filtraciones, ahí debemos estar, filtrándonos,
tocando, pisando”. “Hace frío, duele el aire al respirarlo, agua gaseosa
casi helada”. “Vuelvo a Madrid”. “Los dos jóvenes castaños, uno frente
al portal de mi casa y el otro que está frente al restaurante El
Senador, hace semanas que han echado yemas, y no sé por qué temo que se
vayan a helar. No tengo fundamento para pensarlo, es pura intuición, o
será el catarro”. “Se han visto menos senadores estos días”, me dice J.
“No hay ninguno subido a los árboles. Y tampoco vuelan”. El mundo se
expande y todo se detiene, a la vez. Agua. Agua pública. Vivimos en el
ciclo del agua. Y el ciclo del agua se lo van a quedar para siempre las
grandes corporaciones internacionales. Apuntes.
Sigo con lo planeado en el Informe 9: Algunos grupos políticos del
Europarlamento reclaman transparencia en las negociaciones entre Europa
y EEUU en lo referente al TTIP, pero son muy débiles, y todo sigue
desarrollándose en secreto, desde que empezó en 2013. De hecho comenzó a
urdirse mucho antes, tras el fracaso capitalista de Doha en 2001, cuando
los poderes económicos globales decidieron ir más allí (políticamente)
de lo que les permitía la reglamentación de la OMC (Organización Mundial
del Comercio), para conseguir finalmente y de forma definitiva la
liberalización comercial completa, en la línea estratégica que estaban
siguiendo EEUU y la UE en las negociaciones bilaterales con los estados
africanos, asiáticos y latinoamericanos a través de los llamados
Acuerdos de Asociación (AdA) y los Economic Partnership Agreements
(EPA). Y comenzaron a diseñar una nueva e irreversible arquitectura
jurídica para el sistema, el TTIP, y en eso consiste este tratado
monstruoso. Precisamente a través de filtraciones publicadas por
WikiLeaks sabemos algunos detalles del opaco Acuerdo sobre Comercio de
Servicios (TISA) (Trade In Services Agreement) que están negociando
desde 2013 los autodenominados Really Good Friens (RGF), “buenos amigos
de los servicios”. Esta panda de amigos, aparte del bloque de la UE y
los EEUU, está conformada por Liechtenstein, Hong Kong, Taiwán, Costa
Rica, Panamá, Islandia, Paraguay, Perú, Israel, Suiza, Noruega, Nueva
Zelanda, Chile, Pakistán, Colombia, Canadá, Australia, Turquía, Japón,
México y Corea del Sur. Y ese TISA en el que están tramados tan
amigablemente tiene como objetivo la liberalización internacional de la
prestación de servicios en materias tan diversas como el transporte, la
comunicación, el tratamiento de datos, el asesoramiento legal, la
educación, la salud, el tratamiento de residuos, distribución de
energía, comercio digital, servicios bancarios o los seguros y el
suministro de agua; y este TISA será pieza clave del TTIP, porque los
grandes padrinos de esta pandilla, en su decidida búsqueda de más
fuentes de riqueza que esquilmar han puesto los ojos en los servicios
básicos. El tratado les permitiría, de forma legal (puesto que en el
tratado así se comprometería a los gobiernos), la privatización de todos
los servicios públicos, ya que los gobiernos no podrían priorizar a las
empresas nacionales en sus contrataciones, ni plantear trato favorable
alguno con ellas, en ninguna circunstancia.
El TISA, palanca del TTIP, destruye la soberanía de los pueblos y tanto
sus procedimientos como sus objetivos son claramente antidemocráticos,
porque anulan la autonomía política y económica de los gobiernos
elegidos por sus votantes, y finalmente el poder del pueblo, que en eso
consiste precisamente la demo (pueblo) cracia (poder), ya que los
programas sociales y medioambientales pasarían a convertirse simplemente
en declaración de intenciones. Hojana, cuarto y mitad de ná, porque con
el TISA, la privatización de los servicios públicos será irreversible.
En los documentos filtrados por WikiLeaks se entiende que el TISA quiere
constituirse en el marco normativo que permita a las grandes
corporaciones internacionales dirigir la política de las
administraciones públicas de los Estados en lo referente a la gestión de
la salud, educación, energía, tratamiento de residuos, limpieza urbana,
y gestión del agua. Resolviendo los conflictos que pudieran surgir entre
los intereses de un Estado y esas empresas transnacionales beneficiarias
del tratado a través de tribunales privados de arbitraje (Investor-State
Dispute Settlement, ISDS), quedando los pueblos y su gente a merced de
esas leyes que estarían siempre por encima de las de los países,
teniendo en cuenta, además, que no existirá ningún mecanismo
supranacional al que poder recurrir para denunciar las vulneraciones de
las empresas transnacionales. Una de las cláusulas más clarificadoras de
las intenciones del TISA es la que pretende obligar a los negociadores a
mantener el texto completo del tratado en secreto hasta cinco años
después de su firma, dejándolo así fuera de todo debate público.
También a través de los documentos sobre el TISA filtrados por WikiLeaks
hemos sabido que se exigirá a los poderes públicos, de cada nación
firmante, pongan a disposición de las empresas transnacionales y los
lobbies toda la información sobre los procesos de privatización de
servicios y sobre los concursos de adjudicación de licitaciones antes de
que se pongan en marcha. Bajo el nombre de “cooperación reguladora”, se
pretende que se establezcan mecanismos para recoger “contribuciones”
(exigidas) sobre la redacción de los concursos públicos por parte de las
potenciales empresas licitadoras para “hacer que los procesos sean más
eficientes y mejorar la prestación del servicio”. Y también exigen que
se provea a los negociadores de la base de datos de las ciudadanías,
hasta ahora un secreto que guardan los gobiernos de cada país, más o
menos...
Y puesto que han empezado desde hace años iniciativas políticas
ciudadanas para la remunicipalización de servicios básicos estratégicos,
el TISA incluye una cláusula (ratchet clause, o cláusula trinquete, que
manda huevos el descaro metafórico del nombre) para establecer la
irretroactividad de medida alguna que se tome para la desregularización,
externalización o privatización de cualquier servicio público. Y en ese
sentido trabaja en Madrid desde hace años, por ejemplo, la “Plataforma
contra la privatización del Canal de Isabel II”, y la cláusula trinquete
está pensada precisamente para atajar iniciativas como esta. Si el TISA
se ratificara y entrara en vigor, se haría imposible lo que hoy vemos
muy posible, entre otras muchas cosas, que la gestión del agua de Madrid
fuera municipal.
Trinquete, verga de proa; palo que sostiene la vela que rectifica el
sentido de la dirección que le da a la nave la del palo mayor. Frontón
cerrado sin contracancha y con doble pared lateral. Garfio que resbala
sobre los dientes de una rueda, para impedir que esta se vuelva hacia
atrás. Albadilla con la que se aseguran las puertas. Trinquete, pellizco
del trincar. Soborno a un funcionario público. Metáfora de timo, estafa
(en México, que saben de esto). ¿Y los senadores españoles, qué símiles
encontrarán? ¿Tendrán siquiera la oportunidad de debatir el tratado
antes de que se ratifique por la Cortes? No contestan, están sólo en lo
del reparto del poder. Pero ¿qué poder?, ¿tendrán alguno? No con el TISA
sobre sus cabezas, no con el TTIP... global.
La chavalería de Toledo, jóvenes turistas que caminan rápido, de un
monumento a otro, suben y bajan las cuestas empedradas de la ciudad,
unos grupos se cruzan con otros grupos, siempre todos conectados por
mensajes a través del móvil. Están siempre conectados los unos a los
otros. ¿Cómo los desconectará el sistema? Bonjour et bon dimanche, TTIP.
Good morning and have a nice sunday TISA. Azul greco, grisáceo, plomizo,
y agua transnacional, bom dia. Günaydin. Egunon. Guten Morgen. Dzien
dobry. Namascar. Καλημέρα, Varoufakis. Buongiorno. Salam alikoum. Sabah
el kheir. Jó reggelt. Shuvo sokal. God morgon, Assange. Ohayo
Gozaimasu... Buenos días a todos. Inocentes, arrogantes senadores...
Pisad, tocad, filtraos... El sistema tiene grietas... también vive en la
incertidumbre... aunque quiera hacernos creer que no. Y... tack så
mycket, Julian Assange.
Nota sobre la ilustración: A mi vuelta de Toledo veo sumergido al Senado
de la plaza de la Marina Española. Reflejado en la lámina de agua de la
escultura piscina de Cristina Iglesias. Tres Aguas: una para la Cámara
Baja, otra para la Cámara Alta, y la otra para el Tribunal
Constitucional...
13 de marzo de 2016
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