¿Será
Alemania el siguiente enfermo de Europa?
Por Patrick L. Young, RT
Ilustración de
O COLIS
Traducción de Enrique Prudencio para Zonaizquierda.org
Desde la cima del éxito, la nueva coalición de gobierno está a punto de
conducir a Alemania a un abismo económico prácticamente inevitable…
A los eurócratas les encanta opinar sobre la competitividad europea
desde sus altas torres de marfil libres de impuestos. No obstante, lo
más competitivo de Europa sigue siendo la prueba de velocidad para ver
quien es el próximo enfermo genuino de Europa. El Reino Unido consiguió
el cetro indiscutible durante la década de 1970. Ahora el enfermo del
plantel europeo es hipercompetitivo. Grecia, Chipre, España e Italia se
encuentran entre una serie de economías que son casos perdidos, mientras
que Francia está en la cúspide de un triple salto mortal con doble
tirabuzón, en la espiral vertiginosa de la inmersión gracias a un
gobierno funesto.
Sin embargo, la idea de que Alemania, la todopoderosa potencia
hegemónica de Europa, podría biodegradarse a sí misma, parece una
suposición absurda como lo demuestra el testimonio que ofrecen caminos y
carreteras inundados por un océano de automóviles Audi, BMW, Mercedes y
Volkswagen. Sin embargo, está cambiando el ciclo y Alemania se encuentra
una vez más en peligro de descenso. Irónicamente, la República Federal
Alemana fue borrada del mapa hace una década, tras un proceso de
reunificación fastuoso, aunque con ciertos lunares negros, que
demostraron la insensatez de una economía construida desde arriba hacia
abajo: la antigua Alemania Oriental sigue siendo económicamente muy
desigual, mientras que Polonia, que no cuenta con un cariñoso papaíto
occidental, tiene un historial de éxito económico notable. El ascenso de
Alemania se produjo gracias a los socialdemócratas (SPD), que
irónicamente están resultando fundamentales arrastrando hacia abajo de
nuevo a Berlín. Hartz IV constituyó un paso decisivo del canciller
Gerhard Schroeder al conseguir una Alemania más dinámica y arrancar el
motor que puso en marcha la increíble década de crecimiento que dio a
luz a “mami” Merkel, que se dedica a intimidar al resto de la UE con las
virtudes de la prudencia fiscal.
Sectores del electorado alemán que no amaban lo suficiente a la señora
Merkel, convirtieron su voto a favor en un cáliz envenenado en las
recientes elecciones generales. Su tercer mandato está basado en una
coalición que tira de Alemania hacia la izquierda. Una exigencia clave
de SPD: diluir las leyes laborales Hartz que ellos habían introducido.
Aumentos drásticos de los salarios mínimos y subida de impuesto. Habrá
que ver cuánto tarda la socialdemocracia en venderse al capital.
Con este dechado de programa económico se ha conseguido una coalición
complaciente, justo cuando se debe planear el futuro. Las bravatas que
la señora Merkel dirige a lo demás países de la U.E. son muy diferentes
a la forma que tiene de afrontar los problemas en su país natal.
La demografía es un gran problema. A pesar de un pródigo gasto anual de
265.000.000.000 dólares en subsidios familiares para fomentar el
crecimiento de la población, Alemania está envejeciendo (cuenta con la
población más envejecida de Europa, con un promedio de 45 años de edad).
El resultado de los estudios demográficos es alarmante: la población
alemana podría caer un 21% ó 17 millones, hasta quedar en 65 millones en
2060. La mano de obra se está reduciendo en 200.000 personas al año.
Alemania tiene hoy menos personas en edad de trabajar de las que tenía
hace 20 años. Los alemanes tienden a ser muy restrictivos con la
inmigración.
El precio de la fuerza de trabajo en Alemania está un 30% por encima de
la media de la U.E. y el doble que EE.UU. (no es extraño que Daimler
Benz esté estudiando la instalación de una fábrica en Norteamérica).
El Estado alemán tiene una serie masiva de proyectos heredados desde
arriba hacia abajo que pueden causar problemas incluso a sus aliados,
aunque cuentan con una previsión de descenso de la población mucho
menor. El precio de la electricidad en Alemania es un 30% superior al de
la media de la UE y el doble que el de sus rivales norteamericanos.
Alemania gasta entre 700 mil millones y un billón de euros en
subvenciones a las energías renovables, lo que resulta insostenible.
Este sueño verde es la peor pesadilla de los contribuyentes. La señora
Merkel es invariablemente la mujer que se pasa las cumbres de la UE
golpeando la mesa con su estilete exigiendo prudencia, recitando hasta
la locura su tríptico virtuoso: (Europa es el hogar del 7% de la
población mundial, representa el 25% de la economía mundial y el 50% del
gasto social del planeta). Sin embargo, la señora Merkel está
peligrosamente cerca de ignorar sus propias reglas de oro en su país.
A pesar del soborno masivo del gobierno para incrementar los
nacimientos, la demografía de Alemania se tambalea. El envejecimiento de
una nación desalienta la inversión y produce desempleo, mientras exige a
los vecinos de la zona euro cumplir a rajatabla con el ajuste fiscal. En
última estancia, Alemania se está empezando a atascar. El crecimiento de
la productividad ha sido de apenas un 0,6% durante una década, la mitad
de la tasa de la OCDE. En estos momentos Alemania puede parecerse a la
clase del campo en su propio patio trasero, pero otra vez volvemos a
reparar en que las economías basura de Europa no pueden rivalizar con
los competidores emergentes. Mientras tanto, Alemania no puede
permitirse el lujo de presumir del gran trabajo de su casta gobernante
al sostener juntos la moneda “eurovanidad”. Pronto va a necesitar dinero
contante y sonante para cubrir la factura nacional de las demenciales
subvenciones a las energías “verdes”, las primas por nacimientos y un
gigantesco déficit por la insuficiente de financiación de las pensiones.
El boom de Alemania está tocando el máximo de sus posibilidades. Es
posible que pronto sea un paciente más de la U.E., aunque quizás no un
enfermo entre las economías de fantasía de otros países de Europa. No
obstante, ¿cómo podría sobrevivir la propia U.E. a la postración de
Alemania?
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Parick L. Young es experto
en mercados financieros globalizados
http://rt.com/op-edge/germany-economy-competitiveness-abyss-870/