PRIMER
CAFÉ / Colombia tiembla por abstención, votos nulos y votos en blanco
(62.99%)
Lunes, 10 de marzo de 2014
Por Manuel Isidro Molina
Ilustración de
O COLIS
La clase política colombiana acaba de recibir una bofetada colectiva en
las elecciones parlamentarias del domingo 9 de marzo, con 56,43 por
ciento de abstención y 6,56 por ciento de votos en blanco, más 1,75
millones de votos nulos y 489.853 papeletas no marcadas, en el caso de
la Cámara de Diputados.
Para el Senado, las espeluznantes cifras que marginan a la clase
política dominante, son similares, lo que ha alarmado a observadores
internacionales, entre ellos a los representantes de la Organización de
Estados Americanos (OEA): de los 32,8 millones de electores y electoras
inscritos en el padrón electoral, 56,42 por ciento no acudieron a las
urnas, 6,17 por ciento decidió votar en blanco, 1,48 por ciento votaron
nulo, y otros 842.615 dejaron sin marcar sus papeletas.
Esperando la consolidación de los resultados electorales oficiales,
décimas más, centésimas menos, la clase política colombiana que
integrará el próximo Congreso (102 Senadores y 167 Diputados)
representaría apenas a 37% de los electores y electoras, lo que les
impide elevar mucho el tono crítico ante su pueblo y, menos, alardear de
vigor democrático internacionalmente.
No es nuevo el fenómeno. Colombia es un país en crisis desde el punto de
vista moral, político y social, inmerso en una guerra fratricida desde
hace más de cincuenta años y devorado por desigualdades sociales y un
corrupto entramado mafioso de espanto, que sus beneficiarios han sabido
"exportar" propagandísticamente, como si nada parecido ocurriera. Esa
mentira la conoce y sufre el mundo, especialmente por el impacto de su
producción y tráfico de estupefacientes, con su enorme carga de
corrupción, presente en las altas esferas de poder político y económico.
Y el pueblo colombiano, más todavía.
Más allá de las curules obtenidas por cada parcialidad, el mundo observa
hoy el bosque: una clase política deslegitimada por la mayoría de su
pueblo, más del 63 por ciento del electorado. Ese dato de la realidad,
debe servir para reinterpretar el fenómeno, con justo y ponderado
análisis de la sociedad colombiana. Ni Santos ni Uribe pueden seguir con
sus cuentos, engañando a un continente y al mundo. El pueblo colombiano
que les negó mayoritariamente legitimidad, lo sabe.
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Fuente: http://manuelisidroxxi.blogspot.com.es/2014/03/primer-cafe-colombia-tiembla-por.html