EEUU y UE financian la revuelta en Ucrania

Extracto del texto más extenso "Russia Under Attack"


Por Paul Craig Roberts*
Ilustración de O COLIS
Traducción de Enrique Prudencio para Zona
izquierda.org


He recibido informaciones de lectores que confirman que Washington está alimentando las protestas violentas en Ucrania con el dinero de los contribuyentes. Washington no tiene dinero para sellos de comida o para evitar las ejecuciones hipotecarias que dejan a las familias sin techo, pero tiene un montón de dinero para subvertir Ucrania.

Un lector escribe: “Mi esposa, que es de nacionalidad ucraniana, tiene contacto semanal con sus padres y amigos en Zhytomyr (noroeste de Ucrania). Según ellos, la mayoría de los manifestantes reciben un pago promedio de 200 a 300 grivna, que equivalen a unos 15-25 euros”. Me informan, además, que uno de los organismos más activos del lado de la UE, es la fundación alemana “Konrad Adenauer”, estrechamente ligada a la CDU, el partido de la señora Merkel”.

Como informé el 16 de febrero, la subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, una rusófobo rabiosa y belicista, dijo en el Club Nacional de Prensa en diciembre pasado que EEUU había “invertido” 5 mil millones de dólares en la organización de una red para lograr los objetivos de EEUU en Ucrania, prometiendo “dar a Ucrania el futuro que se merece”. “Nuland es la funcionaria del gobierno de Obama que fue sorprendida in fraganti eligiendo a los miembros del nuevo gobierno de Ucrania que Washington quiere imponer al pueblo ucraniano una vez que los manifestantes pagados hayan quitado el puesto al actual gobierno elegido e independiente”.

En las respuestas que he recibido confirmando la información que envíe a Moldavia, hay suficientes evidencias de que Washington fomentó los disturbios violentos utilizando la prensa y televisión occidentales a las órdenes de Washington.

Como escribió Karl Marx, “el dinero es el equivalente de todas las mercancías” que se compran y se venden. No me sorprendería que algunos manifestantes estén “trabajando” en ambos lados de la calle.

Por supuesto, no todos los manifestantes están pagados. Hay un montón de incautos crédulos en las calles que piensan que están protestando contra la corrupción del gobierno de Ucrania. He escuchado a varios. Hay pocas dudas sobre la corrupción del gobierno de Ucrania. ¿Qué gobierno no es corrupto? La corrupción gubernamental es universal, pero es fácil pasar de la sartén al fuego. Los manifestantes ucranianos parecen pensar que pueden escapar de la corrupción integrándose en la UE. Obviamente, estos incautos crédulos no están familiarizados con el informe sobre la corrupción de la UE publicado el 3 de febrero por el comisario europeo de Asuntos Internos. El informe dice en el anexo político-empresarial que la corrupción afecta a los 28 países miembros de la UE y cuesta a las economías de la UE 162,2 mil millones de dólares al año. Obviamente, los ucranianos no van a escapar de la corrupción al integrarse en la UE. De hecho, la corrupción será bastante peor.

No tengo la menor objeción a los ucranianos que protestan contra la corrupción gubernamental. De hecho, este tipo de gente crédula podría beneficiarse de la lección que aprendería una vez que su país esté en manos de los absolutos corruptos de Bruselas y Washington. A lo que me opongo es a la falta de concienciación de los manifestantes que se prestan a ser manipulados por Washington, que está empujando al mundo hacia una guerra peligrosa. Me sorprendería que Rusia aceptara bases militares y escudos antimisiles en Ucrania.

Son los tontos como Nuland jugando el gran juego lo que nos llevó a la Primera Guerra Mundial. La Tercera Guerra Mundial sería la última. Washington, explotando todas las oportunidades para instaurar su hegemonía absoluta y total sobre el mundo, nos está conduciendo a una guerra nuclear. Al igual que Nuland, un porcentaje significativo de la población de Ucrania occidental es rusófoba. Sé que en parte de Ucrania hay un rechazo hacia Rusia, pero las emociones de los ucranianos alimentadas con el dinero de Washington no deberían dirigir el curso de la historia. No quedarán historiadores para documentar cómo los ucranianos ingenuos y estúpidos llevaron a la humanidad a su destrucción.


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*Paul Craig Roberts es un economista estadounidense, escritor, columnista, ex secretario adjunto del Tesoro, y el ex editor y columnista de publicaciones de los medios corporativos. Él es el autor de El Fracaso del capitalismo del Laissez Faire.

 

Fuentes: http://dissidentvoice.org/2014/02/us-and-eu-are-paying-ukrainian-rioters-and-protesters/

 

 

 

 

 

 

La escalada de los enfrentamientos violentos en Ucrania es el resultado de la intervención de EEUU y la UE 

 

Por Oliver Campbell y Peter Symonds
Ilustración de O COLIS
Traducción de Enrique Prudencio para Zonaizquierda.org


Los enfrentamientos violentos entre la policía y manifestantes ayer en Kiev marcan la escalada de la campaña de la oposición pro-occidental para derrocar al presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich. La oposición, apoyada por los gobiernos de Estados Unidos y Alemania, tiene como objetivo instaurar un régimen de extrema derecha, comprometido con la integración de Ucrania en la Unión Europea y la aplicación de sus demandas de medidas de austeridad.

La sangrienta lucha callejera estalló cuando los manifestantes marcharon hacia el parlamento exigiendo la aprobación de una ley para reducir los poderes de Yanukovych. Cuando vieron que resultado de la votación era contrario a sus deseos, los partidarios de la oposición atacaron la sede del gobernante Partido de las Regiones. Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes se produjo a continuación, extendiéndose enseguida por toda la ciudad.

Los disturbios han sido los más sangrientos desde que las protestas a favor de la UE comenzaron hace unos tres meses. Los últimos informes indican que entre policías y manifestantes han muerto al menos 19 personas Y cientos, posiblemente miles han resultado heridos, más de 200 con heridas graves.

Los manifestantes de la oposición, muchos de los cuales están afiliados al neonazi partido Svoboda y otros grupos de extrema derecha, estaban fuertemente armados. Una de las organizaciones fascistas implicadas, Sector Derecho, ordenó que todos los que estuvieran armados se dirigieran la Plaza de la Independencia para entrar en combate con la policía. En diferentes medios de comunicación aparecen manifestantes antigubernamentales, con cascos que llevan grabados símbolos fascistas, portando fusiles de asalto y armas cortas disparando a la policía antidisturbios y lanzando cócteles molotov. Durante la toma de la sede del Partido de las Regiones, mataron a varios empleados que estaban en las oficinas. Según informes, varios soldados que también estaban en el interior fueron tomados como rehenes antes de que las fuerzas gubernamentales consiguieran el control del edificio.

Los íderes de la oposición pidieron a sus partidarios seguir luchando. Vitali Klitschko, jefe del partido UDAR (Puños), que tiene estrechos vínculos con el Estado alemán, dijo demagógicamente a los manifestantes: "No vamos a salir de aquí. Se trata de una isla de libertad. Nosotros la defenderemos". Los violentos enfrentamientos continuaron durante toda la noche y la madrugada del siguiente, paralizando la ciudad. Las escenas sangrientas en Kiev son el resultado directo de la campaña llevada a cabo por EEUU y Alemania para expulsar a Yanukovich después de que éste rechazara las propuestas para estrechar los lazos con la UE y firmara un acuerdo con Rusia mediante el cual recibió una importante ayuda financiera. En sus esfuerzos por alejar a Ucrania de la órbita de Moscú y aislar a Rusia, Washington y Berlín están trabajando abiertamente con los partidos de extrema derecha.

La vicesecretaria del Departamento de Estado de EEUU, Victoria Nuland, ha visitado repetidamente a los líderes de la oposición en Ucrania, incluyendo al jefe del partido Svoboda, Oleh, Tyahnybok. Llamadas telefónicas filtradas entre Nuland y el embajador de EE.UU. en Ucrania, Geoffrey Pyatt, dejaron al descubierto el alcance de las estrechas relaciones de Washington con los líderes de la oposición para derrocar al régimen actual y sustituirlo por un gobierno títere (Ver: "llamada de teléfono filtrada en Ucrania muestra el gangsterismo de Washington al desnudo").

Las protestas y la violencia en Kiev se iniciaron tras una reunión en Berlín el lunes, en la que los líderes de la oposición Klitschko y Arseniy Yatsenyuk pidieron a miembros del gobierno alemán, entre ellos la canciller Angela Merkel, un mayor apoyo, como por ejemplo presionar con sanciones al gobierno de Ucrania.

También el lunes, Rusia accedió a comprar $ 2 mil millones en bonos de Ucrania, dando al régimen de Yanukovich un respiro financiero que sentó muy mal a la oposición y a sus patrocinadores en EEUU y UE.

Tras los enfrentamientos en Kiev, EEUU, Alemania y la UE culparon de inmediato a Yanukovich y aumentaron la presión para derrocarlo. El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, declaró: "Quienes resulten responsables de las decisiones que pueden llevar a más derramamiento de sangre en el centro de Kiev y otras partes de Ucrania deben saber que Europa reconsiderará su reserva anterior a la imposición de sanciones individuales."

Según una declaración de la Casa Blanca, el vicepresidente Joe Biden se puso en contacto con el régimen de Ucrania para expresarle la "grave preocupación" de Washington por la violencia, y dijo que "Estados Unidos condena la violencia de cualquiera de las partes, pero que el gobierno tiene la mayor responsabilidad para detener la escalada de violencia".

Las respuestas de Estados Unidos y Alemania apuntan a una intensificación de la unidad imperialista para instalar un régimen títere en Kiev y transformar Ucrania en un bastión de nuevas provocaciones e intrigas destinadas a desmembrarla definitivamente de la propia Rusia, reduciéndola a una semicolonia dependiente de la UE. Lo que tratan de conseguir los nacional-fascistas ucranianos forma parte de una estrategia más amplia de explotación de las diversidades étnicas, nacionales y religiosas que conviven en el seno de lo que fue la Unión Soviética para conseguir el dominio sobre la región.

La subordinación de Ucrania es una vieja ambición geoestratégica del imperialismo alemán, y su política actual se remonta a la agresiva política de Alemania hacia Ucrania en la Primera Guerra Mundial, coincidiendo con el renacimiento del militarismo alemán. En la reciente Conferencia de Seguridad de Munich, altos funcionarios alemanes dijeron que había llegado el momento de abandonar las restricciones al uso de la fuerza militar que Berlín tuvo que aceptar en la posguerra.

El imperialismo norteamericano ha seguido una estrategia implacable para debilitar y aislar a Rusia por más de dos décadas desde la caída de la Unión Soviética en 1991. A partir de las guerras de Yugoslavia en la década de 1990, Washington ha alentado y apoyado las llamadas revoluciones naranja y de todos los colores (menos el rojo) en las ex repúblicas soviéticas. EEUU invadió Afganistán para establecer una base de operaciones en Asia Central y buscó, a través de sanciones y amenazas militares, llevar a cabo el cambio de régimen en Irán y Siria, los aliados más cercanos a Rusia en el Medio Oriente.

La capacidad del imperialismo para intervenir agresivamente es el resultado directo de la disolución de la Unión Soviética, la restauración del capitalismo y la apertura de las antiguas repúblicas soviéticas al saqueo de las empresas transnacionales globales. Al oponernos a la presente intervención imperialista en Ucrania, resulta difícil prestar apoyo político a Yanukovich o al presidente ruso, Vladimir Putin, que representan a la oligarquía corrupta de sus dos países. Tácticamente, solo cabe apostar por el mal menor, en estos momentos.

La única fuerza social que debería oponerse a las intrigas del imperialismo, a las amenazas militares que pueden llevarnos a una guerra nuclear, es la clase trabajadora internacional. El punto de partida sería el rechazo frontal y rotundo a toda forma de nacionalismo y la lucha por la unidad de todos los trabajadores de Ucrania con sus hermanos y hermanas de clase de toda Europa, incluida Rusia. Lo cual requeriría una lucha común para abolir el sistema de rapiña y quiebra del capitalismo y construir democráticamente una economía mundial planificada para satisfacer las necesidades sociales urgentes de todos y prevenir definitivamente la catástrofe nuclear latente.

 

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http://www.informationclearinghouse.info/article37695.htm

  

 

 

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