¿Han
oído el último de Obama? Ha denunciado la violación del Derecho
Internacional
Por
Norman Solomon, Consortium News
Ilustración de
O COLIS
Traducción de Enrique Prudencio para Zonaizquierda.org
El secretario de Estado de Kerry, que votó a favor de la invasión de
Irak con George W. Bush en 2003 y quería bombardear Siria el año pasado,
y el presidente Obama, que ha cruzado las fronteras con regularidad para
matar supuestos enemigos, están indignados de que Rusia haya intervenido
en Ucrania, en un caso claro de doble rasero y doble vara de medir.
El derecho internacional se ha vuelto de repente muy popular en
Washington. El presidente Obama respondió a la intervención militar rusa
en Crimea acusando a Rusia de haber abierto una "brecha en el Derecho
Internacional”. Le siguió el Secretario de Estado John Kerry, declarando
que “Rusia está cometiendo una violación flagrante del Derecho
Internacional en directo”.
El último de Obama es un mal chiste, porque durante los últimos cinco
años, ningún líder mundial ha violado tantas veces el derecho
internacional como Barack Obama. Lo hace con edulcorada retórica y
altanería despectiva, contribuyendo a darle mayores visos de normalidad
a la noción de que “el poder hace el derecho” de los asuntos globales,
lo cual es exactamente la antítesis del derecho internacional. Hace
cincuenta años, un ex profesor de derecho, el senador Wayne Morse,
condenó tal arrogancia del poder. "No sé por qué pensamos que sólo por
el hecho de ser poderosos, podemos sustituir el Derecho por el poder",
dijo Morse en la televisión nacional en 1964. "Y esa es la política de
Estados Unidos en el sudeste asiático –tan errónea cuando lo hacemos
nosotros como cuando lo hace Rusia”. Hoy en día, el Tío Sam continúa
presumiendo de ser el gran sheriff global, defensor del derecho
internacional, mientras actúa como el mayor forajido del mundo.
En lugar de preocuparse por cómo el "derecho internacional" se ha
convertido en la moneda del reino de la hipocresía, los medios de
comunicación gubernamental-corporativos de Estados Unidos forman una
gran algarabía fingiendo escandalizarse por la villanía del Kremlin.
El domingo por la noche, el New York Times informaba a toda plana: "El
presidente ruso Vladimir Putin ha urdido su estrategia con subterfugios,
propaganda y una férrea amenaza militar, que apunta a EEUU y Europa a
la par que a la propia Ucrania”. Esa fue la cobertura de la noticia.
“La agresión de Rusia” era el título del editorial del lunes por la
mañana, en el que se condenaba "la explotación cínica y descarada de la
crisis de Ucrania por parte de Putin para tomar el control de Crimea."
El consejo editorial del periódico liberal dijo que Estados Unidos y la
Unión Europea "deben dejar claro que Rusia ha traspasado todos los
límites del comportamiento civilizado".
Estas apreciaciones e exigencias puede que sean justas, pero carecen de
honestidad y credibilidad cuando no se aplica la misma vara de medir al
presidente Obama, cuya continuación de la "guerra contra el terror" de
Bush, bajo retórica modernizada, ha violado el derecho internacional de
principio a fin, y se ha burlado de "la conducta internacional
civilizada".
En estas circunstancias, la gran cobertura de los medios de EEUU no se
fija en la ironía manifiesta ni pone de relieve la hipocresía de la Casa
Blanca. Lo cual no significa que los grandes medios hayan excluido
totalmente la información fundamental y no incluyan algunas críticas.
Por ejemplo, en octubre pasado, el servicio de noticias McClatchy
informó que "la administración Obama violaba el derecho internacional
con sus operaciones de asesinatos selectivos de alto secreto que se
cobraron decenas de vidas de civiles en Yemen y Pakistán", según los
informes publicados por Amnistía Internacional y Human Rights Watch. La
semana pasada, justo antes de que Obama saltara iracundo con su condena
a Putin por la "violación del derecho internacional", el diario Los
Angeles Times publicó un artículo de opinión que explicaba el contexto
de la noción presidencial sobre el derecho internacional. “A pesar de la
insistencia con que el presidente habla de poner límites a la guerra y
al presupuesto de defensa, su impronta ha contribuido a sentar las bases
de un estado de guerra global permanente mediante las campañas de
asesinatos llevados a cabo con drones y las operaciones de fuerzas
especiales dirigidas contra enemigos amorfos a los que se dibuja con las
múltiples formas de las franquicias de Al Qaeda", escribió Karen J.
Greenberg, director del Centro de Seguridad Nacional de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Fordham.
Greenberg siguió explicando el desprecio absoluto del gobierno de EEUU
por el derecho internacional: "Según el senador Lindsey Graham, el
gobierno de Obama ha matado ya a 4.700 personas en numerosos países, entre
ellos Pakistán, Yemen y Somalia. Obama ha incorporado con tal éxito el
proceso de asesinatos con aviones no tripulados al poder ejecutivo, que
el futuro presidente heredará, junto con la Casa Blanca, su famosa
“lista de asesinatos” y las reuniones del “terror” de los martes. La
guerra global ilimitada forma ahora parte del ecosistema de la
presidencia".
Pero sobre todo en tiempos de crisis como la que actualmente vive
Ucrania, estas obscenas contradicciones terminan saliendo por la ventana
de los medios de comunicación. Lo que queda es una línea orwelliana,
mezcla de ideología conformista y del nacionalismo del pensamiento
único.
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*Norman
Solomon es co-fundador de RootsAction.org y director fundador del
Institute for Public Accuracy.
Fuente:
http://consortiumnews.com/2014/03/03/double-think-over-ukraine/