La maquinaria del espionaje estadounidense en complot con los banqueros para atacar al Movimiento de protesta. El FBI ignoró la amenaza mortal a los “occupiers”.


Por DAVE LINDORFF

Traducción de Enrique Prudencio para Zonaizquierda.org

 

Nuevos documentos del FBI y del Departamento de Seguridad de la Patria obtenidos por la Asociación para la Justicia Civil (PCJ en sus siglas en inglés) revelados la pasada semana demuestran que el FBI y otras agencias de espionaje y seguridad comenzaron una campaña de monitorización, espionaje, desorganización de grupos del Movimiento Occupy mediante acoso y amenazas, al menos durante dos meses antes de que comenzara la primera acción de ocupación a finales de septiembre de 2011.

Ya en agosto, mientras empezaba a conocerse que el incipiente Movimiento Occupy era “pacífico” en su naturaleza, oficiales estatales y locales del FBI, el DHS, los numerosos Centros Integrados y los Centros de las Fuerzas de Choque de la Junta del Terrorismo te todo el país, empezaron a reunirse con instituciones financieras locales y sus organizaciones de seguridad privada para trazar una estrategia dirigida a contener la campaña del Movimiento Occupy.

Curiosamente, un documento obtenido por la PCJ de la oficina del FBI de Houston se refiere a lo que aparentemente había sido un plan trazado por alguno de los grupos arriba mencionados, cuyo nombre ha sido tachado en el documento divulgado, en el que figurarían quienes fuesen los líderes del Movimiento Occupy en Houston, para proceder a su asesinato a cargo de francotiradores con rifles “suprimidos”, que significa francotiradores con rifles equipados con silenciador.

El escalofriante documento en cuestión dice lo siguiente:

“Alguien identificado como BLANCO tenía previsto participar en ataques de francotiradores a partir de octubre contra los manifestantes de Houston, Texas si se considerara necesario. La persona identificada como BLANCO había recibido información que indicaba que los manifestantes de Nueva York y Seattle planificaban manifestaciones similares en Houston, Dallas, San Antonio y Austin, Texas. BLANCO tenía previsto unirse a los servicios de espionaje para atacar a los líderes del grupo de la protesta y obtener fotografías con el fin diseñar un plan para matar a los líderes utilizando francotiradores con rifles provistos de silenciador.”

El vocabulario del texto no parece ser el de uno de esos maniáticos perteneciente a alguna facción del Tea Party, concretamente las palabras “deemed necessary” (considerado necesario) y la referencia a la “recopilación de información contra los líderes del grupo facilitada por las agencias de espionaje”. Afortunadamente, en cualquier caso, tal campaña de asesinatos no se produjo en Houston ni en ningún otro lugar durante la ola de acciones de Occupy por todo el país, pero por otra parte tampoco se produjo ningún arresto de miembros de cualesquiera organizaciones o individuos que el FBI sabía perfectamente que estaban planeando una acción terrorista contra los activistas de occupy.

Comentando esta peculiaridad de que ni el FBI ni las demás organizaciones antiterroristas tomaran medida alguna, la directora de La Asociación para la Justicia Civil Maya Verheyder-Hilliard, dijo: “Los documentos que hemos obtenido muestran que el FBI estaba actuando como agencia de espionaje y protección para Wall Street y los bancos contra personas que hacen uso de la libertad de expresión protegida por la Primera Enmienda. Sin embargo, aquí nos encontramos con una amenaza terrorista real, contra la que el FBI, si se tomara en serio la prevención del terrorismo, debería haber actuado, pero no hizo nada”

De hecho, desde el 11/9, se han producido un buen número de arrestos prominentes, se han celebrado juicios e incluso se ha dictado a personas que fueron acusadas simplemente de hablar con informantes del FBI sobre algún imaginario complot terrorista. Estos arrestos son normalmente publicitados a bombo y platillo en los medios, con los delincuentes bien visibles delante de las cámaras durante los arrestos. Sin embargo, no hubo nada de esto en el caso arriba explicado. Ni arrestos ni publicidad. La única explicación que nos dieron es que el FBI fue requerido para que revelara sus archivos sobre la monitorización llevada a cabo por ellos sobre el Movimiento Occupy, y que este documento en particular emergió de entre las páginas desclasificadas.

¿Pudo haber estado el FBI tan familiarizado con los conspiradores, quienesquiera que sean, y tener con ellos la suficiente confianza como para instruirlos y cancelar el plan sin más, o dejarlo en espera? No podemos saberlo a partir de la apretada redacción de unos papeles que quedaron sueltos de un abultadísimo dossier al que no tenemos acceso. Pero no sería una gran sorpresa si resultase que existe alguna conexión entre los aspirantes a asesinos y el gobierno. Sería exactamente el programa “COINTELPRO” de Nixon (otra vez todo igual), donde resulta que la policía local estaba matando activistas como parte de una campaña organizada a nivel nacional.

Verheyden-Hilliard dice que el último documento sí indica que “Bastante antes de que Zuccotti Park fuese ocupado y antes de que comenzara la primera protesta en Wall Street, hubo una reunión del FBI con los líderes de la Bolsa de Nueva York y con las organizaciones encargadas de la seguridad de los bancos de Wall Street para desarrollar una estrategia coordinada con el fin de hacer frente a las protestas de Occupy”

Dice ella: “otra cosa que se desprende de estos últimos documentos es el alcance de los esfuerzos realizados por el FBI contra el Movimiento Ocuppy. No se trata de una anomalía en dos o tres oficinas de distrito del FBI. Se habían puesto a trabajar tomándoselo muy en serio. Y durante todo este período aban comentando entre ellos a través de sus sistemas de comunicaciones que las acciones del movimiento ran pacíficas. Sin embargo, las líneas sobre el tema quedan registradas en los memoranda como asunto de contraterrorismo.”

Y añade: “Si se observa cómo vio el gobierno de Estados Unidos las manifestaciones de la Primavera Árabe y especialmente las manifestaciones contra Mubarak en la plaza Tahrir, se puede observar que estaba preocupado por el uso de la policía que el gobierno hacía contra los manifestantes, de quienes se decía que estaban ejerciendo su derecho democrático a protestar. Sólo cuando se ejercita dentro de los Estados Unidos se consideran tales protestas una actividad terrorista.”

La contradicción entre el espionaje estadounidense y las fuerzas del orden ante el Movimiento Occupy y la valoración de esas mismas agencias de la amenaza real que representan los activistas de Occupy quedan reflejadas en una publicación de la Dirección de Programas y Protección Nacional (NPPD), una unidad del Departamento de Seguridad de la Patria. Ese documento, publicado en octubre de 2011, cuando el Movimiento Occupy estaba despegando, se refiere a Occupy Wall Street como una laxa coalición que organiza las protestas pacíficas que tienen lugar en ciudades de todo Estados Unidos”.

Pero también afirma:


“Las reuniones masivas convocadas por movimientos para protestar públicamente, pueden tener efectos perturbadores para los transportes, servicios comerciales y oficiales, especialmente cuando se concentran en grandes áreas metropolitanas. Las grandes manifestaciones también conllevan una potencial violencia por lo que representan un desafío para las fuerzas del orden”

Pero en realidad, la única violencia en los cientos de acciones del Movimiento Occupy durante 2011 y comienzos de 2012 por todo Estados Unidos, desde Nueva York a Boston y de Los Ángeles a Seattle, fue perpetrada por una policía armada hasta los dientes. Las actividades de Occupy fueron las víctimas, no las causantes de la violencia y el comportamiento criminal.
Ahora resulta que cuando un grupo u organización no identificado aún - posiblemente incluso identificado con los intereses bancarios por lo que conocemos – realmente conspira para asesinar activistas y líderes de Occupy - los mismos servicios de espionaje nacional, agencias policiales locales y estatales, en lugar de proteger al público, volvieron la espalda y no hicieron nada al respecto.

Quizás la verdadera naturaleza de “coalición laxa” del Movimiento Occupy, que ha evitado conscientemente tener o seguir a líderes, al final le salvó de ser atacada, dado que los conspiradores y sus francotiradores con rifles nunca estuvieron seguros de quienes eran sus dianas.

Dave Lindorff es fundador de Esto no puede estar ocurriendo y coautor de Hopeless: Barack Obama y la política de la ilusión, publicada por AK Press. Reside en Filadelfia.

____________________________

 

Fuente: http://www.counterpunch.org/2012/12/28/fbi-ignored-deadly-threat-to-occupiers/


 

 

Zonaizquierda es un sitio web al servicio del pensamiento crítico.
Zonaizquierda se hace eco de información alternativa que ha sido publicada en otros medios.
Zonaizquierda en aquellos artículos cuya fuente original sea zonaizquierda.org se acoge a la licencia de Creative Commons.
 Zonaizquierda no se hace responsable de las opiniones vertidas por los autores de los artículos aquí enlazados o publicados.
Zona izquierda   2005