No
es una crisis ni un golpe.
La revolución del pueblo en Egipto.
Por Nawal el Saadawi
Traducción: Enrique Prudencio para Zona Izquierda
Históricamente, toda revolución ha tenido su contrarrevolución. Las
fuerzas internas y externas se alían, como hicieron en Egipto, para
abortar la revolución de enero de 2011. En esta revolución comenzada el
30 de junio de 2013, han fracasado y seguirán fracasando porque la
juventud egipcia
—hombres y mujeres— que se rebela contra los Hermanos
Musulmanes, ha aprendido las lecciones del pasado. Su conciencia
revolucionaria se fortalecido en la organización y la unidad.
Treintas y cuatro millones de hombres y mujeres salieron a las calles y
plazas. Estaban decididos a derrocar al gobierno religioso bajo el
control de los Hermanos Musulmanes, así como a todos quienes les apoyan
desde sus casas o desde el extranjero. Querían expulsar a todos los que
usan la religión para obtener beneficios económicos y políticos y por
tanto, querían expulsar a Morsi. La voluntad del pueblo es más poderosa
que los militaras, la policía, la religión y la economía. Esta es la
lección de la historia de la humanidad. No existe ningún principio
superior a la verdad y la sinceridad en la búsqueda de la libertad, la
justicia y la dignidad.
El gobierno de los Hermanos Musulmanes trató de dividir a la gente en
creyentes y herejes, pero fracasó. Trató de animar a sus seguidores para
que atacaran a los manifestantes, pero fracasó. El poder de los millones
de personas era como el mar embravecido que se protege a sí mismo con su
propia fuerza y sus enormes olas que barren a los espíritus y a los
fantasmas. La edad de los espíritus, fantasmas y demás disparates se ha
terminado. La luz del conocimiento de la verdad, el amor y la
creatividad están aumentando de día en día.
Las milicias de los Hermanos Musulmanes mataron a hombres y mujeres
jóvenes, pero las multitudes en las calles, en los barrios y en el campo
siguieron creciendo. No tenían miedo a las balas, no daban un paso
atrás, sino que siguieron avanzando hasta derrocar al régimen.
Y sin embargo, los imperialistas, los norteamericanos afirman que esto
no es una revolución que exige un nuevo y legítimo régimen, sino
simplemente una crisis.
Necesitamos una nueva Constitución que tenga en cuenta los principios de
la revolución: la igualdad para todos, sin distinción de sexo, religión
o clase. No debemos apresurarnos a convocar las elecciones
presidenciales y parlamentarias. No hay que poner el carro delante de
los bueyes. No debemos repetir los errores.
La democracia es más que unas elecciones. La legitimidad respalda el
poder de los pueblos, más que el voto en las urnas.
Necesitamos un colectivo, un liderazgo revolucionario y no un líder
milagroso. Las milicias armadas de los Hermanos Musulmanes dispararon
contra el pueblo y el pueblo revolucionario recurrió a los militares y
el ejército nacional respondió. La policía está con el pueblo y no con
régimen. Esta es una revolución histórica y no un golpe de Estado, ni un
movimiento de protesta o indignación. Es una revolución que continuará
hasta que todos sus objetivos sean cumplidos.
El día 5 de julio salía un grupo de norteamericanos en la CNN amenazando
con cortar toda ayuda al pueblo revolucionario egipcio. Y me reí a
carcajadas. ¡Espero que corten esa ayuda!
Desde 1970, en la época de Anwar Al Sadat, esta ayuda ha destruido
nuestra vida política y económica. Esta ayuda, beneficia a EE.UU. más
que a nadie. Esta ayuda está directamente destinada a corromper a la
clase dominante. Esta ayuda ha fortalecido el dominio imperialista
norteamericano-israelí en nuestras tierras. Lo único que ha obtenido el
pueblo egipcio de esta ayuda ha sido más pobreza y humillación.
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NAWAL EL
SAADAWI es la autora de Women and Sex, Woman at Point Zero. The fall of the Imam. Memoirs From the
Women´s Prison, y A Daughter of Isis.
Fuente:
http://www.counterpunch.org/2013/07/09/the-peoples-revolution-in-egypt/