Los militares griegos se preparan para la represión masiva.

 

Por Robert Stevens. (WSWS.ORG)
Traducción de Enrique Prudencio para Zonaizquierda.org

Un ex diplomático griego de alto nivel, Leonidas Chrysanthopoulos* informó la semana pasada al periódico “New Statesman” del Reino Unido que habían tenido lugar conversaciones entre el gobierno y las fuerzas armadas sobre una posible respuesta militar a lo que Chrysanthopoulos describió como una “explosión de disturbios sociales” que se espera ocurra “muy pronto”.

Chrysanthopoulos dijo que en los próximos meses, “Se producirá un incremento de las acciones armadas. Se esperan movilizaciones sangrientas”.

Sin entrar en detalles, dijo que “Existen contactos entre responsables políticos y altos mandos de las fuerzas armadas para intentar que en el caso de que se produzcan disturbios sociales graves no tenga que intervenir directamente el ejército”.

Este último requisito se menciona probablemente solo para consumo público. Aunque tal condición hubiese sido formulada, la palabra empeñada por los militares griegos no tendría gran valor, teniendo en cuenta la historia reciente del país, en el que el “régimen de los coroneles” se alzó con el poder en un golpe de estado en 1967 y lo mantuvo hasta 1974. Desde el inicio de la austeridad masiva en Grecia en 2010 ha habido rumores constantes de que personal militar de alta graduación conspiraba sobre el golpe de estado.

El aspecto más significativo de la entrevista con Chrysanthopoulos es la revelación de conversaciones entre responsables políticos y militares sobre cómo responder ante la amenaza de un levantamiento popular.

En círculos del gobierno griego se está trabajando sobre el supuesto de que las luchas insurreccionales son inevitables debido al insoportable nivel de sufrimiento que le han impuesto a la clase obrera. En Menos de cuatro años, la posición social de la clase obrera griega ha sido reducida a niveles desconocidos desde la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

La pobreza más brutal es un hecho en la vida de millones de griegos. Un de los aspectos más importantes del asalto a las condiciones de vida es la eliminación de la prestación de la sanidad pública. Más de 50 conglomerados farmacéuticos han suspendido o cortado salvajemente los suministros a Grecia alegando preocupaciones sobre su lucro. La peligrosa escasez de cientos de fármacos básicos está produciendo escenas caóticas de pacientes corriendo de una farmacia a otra en busca de medicamentos vitales, mientras que los hospitales públicos carecen de suministros suficientes de medicamentos indispensables.

Tal conducta no se produce solo entre las grandes empresas farmacéuticas. El martes se supo que las Cruz Roja suiza, una organización sin ánimo de lucro, tiene previsto reducir la cantidad de paquetes de sangre de donantes que suministra a Grecia. Aduce que no ha recibido el pago total de envíos anteriores y anunció que a partir de ahora la cantidad de paquetes de sangre de donantes que envíe a Grecia se reducirá a la mitad de los 28.000 que enviaba.

Como resultado de las políticas de austeridad impuestas por la ”troika” (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Unión Europea), una asombrosa cifra de 4.65 millones de personas se encuentran actualmente desempleadas y o económicamente inactivas. Existen 450.000 familias en las que todos sus miembros se encuentran en paro. De los 2.6 millones de personas empleadas en el sector privado en 2010, 900.000 han sido despedidas. Debido a que ha sido recortado el tiempo de percepción de la ayuda al desempleo, solo 225.000 de los parados reciben esta ayuda actualmente.

En el sector privado, solo 600.000 trabajadores (de un total de 1.6 millones) trabajan ahora con regularidad recibiendo su salario normal por su trabajo de 8 horas diarias. El profesor Savas Robolis de la Universidad Panteion de Atenas declaró hace poco, “El resto de los trabajadores - un millón – han visto recortadas sus horas de trabajo junto con su sueldo o reciben el salario con cuatro o cinco meses de retraso. Están en una situación desesperada.”

El informe anual del banco de Grecia de esta semana señala que el 23% de la población vivía por debajo del nivel de la pobreza en 2012, en comparación con el 16% de 2011. También señaló que el incremento de pobreza infantil era exponencial, con una tasa de familias en riesgo de exclusión situada en el 31% en solo un año (2010-2011). En el período 2010-2012, el salario medio bruto en el país fue reducido en un 20,6% y el coste laboral de los empleados disminuyó el 18,5%.

Teniendo en cuenta las medidas de austeridad ya en vigor, se producirá una reducción total de los costes laborales en Grecia del 17,6% durante el período 2012-2014. Estas medidas son tan salvajes porque están fijadas para superar el 15% de reducción de los costes totales exigidos por la troika.

Al presentar el informe, el presidente del banco, George Provopoulos, afirmó que la recuperación económica se conseguiría por medio de la austeridad y exigió que se impusieran medidas incluso más severas. “Ahora que ya es visible la línea de meta”, dijo “deberíamos de intensificar los esfuerzos, acelerar el paso para cubrir el trecho final y garantizar que el sacrificio de los ciudadanos no ha sido en vano…

Hablando sobre las víctimas de estas políticas, declaró, “Las demandas extremistas e irracionales de los grupos sociales no contribuyen a alcanzar este objetivo.”

El informe del banco se emitió, una vez más, cuando los representantes de la troika convergieron en Atenas para supervisar la implementación del programa acordado con el gobierno Nueva Democracia/PASOK/Izquierda Democrática. Entre las cuestiones que deben ser resueltas se encuentra el cómo será de abrupto el recorte del presupuesto farmacéutico de este año. Como consecuencia de las exigencias previas de la troika, el presupuesto fu recortado de 3.700 millones de euros a 2.400 millones el año pasado. Hay informes que apuntan que podría ser recortado a 2.000 millones de euros este año.

Con las empresas farmacéuticas reteniendo ya la entrega de muchos fármacos, esta será la receta para una catástrofe sanitaria que causará muchas muertes que no se producirían sin estas medidas.

La troika está también preparada para exigir una aceleración en el despido de 25.000 trabajadores del sector público este año (la mitad de ellos para junio) con el fin de alcanzar los 150.000 despidos para 2015. Si Atenas no pudiese imponer los recortes a satisfacción de la troika, ésta no desembolsaría los dos tramos del préstamo previstos para marzo y abril por un total de 8.800 millones de dólares, o su total se reduciría de forma notable. Si no pudiese recibir la financiación significaría el impago de la deuda total de Grecia.

Con la promesa de revocar el programa de austeridad si era elegida, SYRIZA (la coalición de la izquierda radical) consiguió el 30% de los votos en las elecciones del año pasado. Está compuesta por una serie de grupos de pseudo-izquierda como alternativa progresista a los partidos partidarios de la austeridad que forman el gobierno y como medio de controlar el crecimiento del movimiento fascista Aurora Dorada.

En realidad, SYRIZA no es menos una creación de la élite gobernante que el partido derechista Nueva Democracia y no está menos ligada a la agenda de la austeridad. Esta semana, el portavoz de prensa de SYRIZA Panos Skourletis declaró: “No tenemos una varita mágica para mejorar y cambiar la situación de un día para otro…hemos de tener en cuenta que cada día que se siga aplicando esta política, las cosas empeorarán. Esta devastación es incalculable y, por tanto, restaurar los daños que causa esta política se hace cada vez más difícil”.

El significado de tales comentarios –que resulta imposible revertir el programa de austeridad– es inconfundible. SYRIZA está preparando los argumentos y preparándose para lo que serán llamados a llevar a cabo si consiguen su objetivo de entrar en un futuro gobierno antiobrero.

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*“Chrysanthopoulos dice que el gobierno (griego) ha contratado a Blackwater, la famosa empresa militar privada tristemente célebre por sus actividades criminales en Irak, que ha cambiado su antiguo nombre por el de “Academi”, junto con otros cinco equipos internacionales de seguridad privada. Preguntado porqué se han tomado estas medidas, Chystianopoulos ha contestado sin titubear: “El gobierno griego no se fía de una policía cuyos salarios también han sido recortados”.

 

Fuente: http://www.wsws.org/en/articles/2013/03/02/gree-m02.html


 

 

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