Disparando a los caballos a sangre fría
 

Por Gerassimos Moschonas

Traducción de Liliana Pineda para Zonaizquierda.org

6 de julio 2012
 
Ellos dijeron: "disparemos a los caballos a sangre fría" y eso es lo que hicieron. La votación de junio fue un voto racional.

La contienda electoral del 6 de mayo de 2012, un terremoto electoral clásico, y por extensión las elecciones de junio siguiente, entran en la clase especial de las contiendas electorales que llamamos "elecciones decisivas". Cuando las elecciones se producen en momentos de crisis nacional generan un repentino, y violento, cambio en el modelo actual de las lealtades partidistas. Las elecciones en tiempos de crisis nunca son aburridas. En Grecia, en mayo y junio, el mundo estaba al revés. Uno de los sistemas de partidos más estables de Europa fue elevado, más o menos “soplado” hacia el cielo.

El colapso casi total de los socialdemócratas griegos (PASOK), un partido de la mayoría auténtica y el gran protagonista del período 1981-2012, es el primer gran resultado de estas elecciones. PASOK, el partido electoralmente más exitoso, junto con los socialistas españoles (PSOE), en la democracia social europea de los últimos 30 años, obtuvo sólo el 12,28% de los votos en las elecciones de junio (frente a 43,92% en 2009).

La debacle tiene su origen en el fracaso del PASOK para administrar la crisis de la deuda. Mientras que sus políticas, si bien han dado lugar a una notable reducción en el déficit del gobierno general, también han bloqueado todas las salidas de la trampa de la deuda y han acercado la posibilidad de la bancarrota (y la salida de la zona euro). Todas las predicciones de la UE, el FMI y el gobierno griego se han refutado de manera aplastante. En realidad, nunca se había dado un caso, en un período tan corto de tiempo, de tantos especialistas que hayan hecho predicciones tan equivocadas.

El programa de estabilización de la economía griega falló. Pero lo que en última instancia supuso un gran fracaso, sin embargo, fue la gran reducción en los ingresos reales de los asalariados y de los estratos medios asalariados (los que siempre tienen que pagar impuestos en Grecia) y el explosivo crecimiento del desempleo. Las políticas del PASOK y de la troika fueron percibidas por la opinión pública griega como un "ataque a la población". Hay factores atenuantes, sin duda, para el PASOK. Gobernar en condiciones tan difíciles, inevitablemente, se convierte en una misión suicida. Pero a pesar de algunos esfuerzos notables y muy valientes, el PASOK fracasó dramáticamente en gestionar la crisis de manera eficaz y justa. En tales circunstancias, los votantes castigaron severamente a los líderes tradicionales por su mal desempeño. Ellos dijeron: "disparemos a los caballos a sangre fría" y eso es lo que hicieron. La votación de junio fue un voto racional.

El segundo gran acontecimiento es la aparición de SYRIZA en el centro del escenario. Una federación de varios de los partidos pequeños y muy pequeños de la izquierda radical griega, que recibió el 4,6% de los votos en las elecciones parlamentarias de octubre de 2009. Con 26,89% de los votos (frente a sólo el 29,66% para la Nueva Democracia de centro-derecha), SYRIZA ganó en tres frentes: en primer lugar, en la toma de Grecia, el primer caso en occidente
–después de la caída del "socialismo real"– de un vuelco en el equilibrio de fuerzas entre la socialdemocracia y la izquierda radical en favor de esta última; en segundo lugar, en la reversión de una tendencia a largo plazo de debilitamiento del voto de la clase, colocando de nuevo en el centro de la escena electoral europea lo que SM Lipset llama "la lucha de clases democrática"; y en tercer lugar, poniendo de relieve la situación de estancamiento político generado por las políticas europeas para hacer frente a la crisis de la deuda.

Las elecciones griegas fueron las elecciones de la realineación de clase. SYRIZA obtuvo sus porcentajes más altos entre la población económicamente activa y, en particular, entre los asalariados del sector privado, los asalariados del sector público, los desempleados, los estudiantes y las poblaciones de los municipios más pobres del Attica. Nunca ha habido una contienda electoral en Grecia en el período posterior a la dictadura (1974-2012) con un alto nivel de polarización social. El debilitamiento extremo del PASOK entre los estratos populares ha hecho de SYRIZA el representante natural de los menos favorecidos, el papel asumido en el pasado por el PASOK.

SYRIZA ha sido la fuerza de la esperanza, en un país al borde de un ataque de nervios. Al mismo tiempo, ha sido la fuerza que más miedo y ansiedad ha generado por el futuro. Se adoptó una estrategia de alto riesgo (abolición del memorándum, renegociación desde cero). Esto fue, además, la razón principal de su derrota en las elecciones de junio. Sin unas políticas totalmente elaboradas en Europa y sin la preparación correspondiente, ideológica y programática, no estaba en condiciones de éxito para gestionar la transición vertiginosa de ser un pequeño partido de la protesta a ser un potencial partido de gobierno.

Tras las elecciones de junio, es importante no perder el panorama general:

1) La política de los sucesivos memorandos ha sido rechazada por la gran mayoría de la sociedad griega. El rechazo tiene todos los signos de una tendencia profundamente arraigada, una pesada tendencia. No es reversible.

2) En la medida en que se comprenden las variaciones en las políticas implementadas hasta la fecha, las futuras políticas económicas, tarde o temprano se encuentran con un muro de la desconfianza y oposición. Al igual que el jugador en la mesa de la ruleta, el nuevo Gobierno griego tiene todas las probabilidades en su contra.

3) Lo que se requiere, por lo tanto, es una importante transformación de las políticas económicas. Los requisitos previos para tal cambio no existen en este momento en Europa (y más generalmente en el campo de los acreedores). Así que la tensión entre la capacidad limitada para cumplir los acuerdos y la demanda que debe ser respetada se reproduce tarde o temprano, para reavivar las dificultades agudas en las relaciones entre Grecia y Europa.

4) La política de salir de la zona euro tiene muchos argumentos económicos a su favor, pero para el votante medio no es fácil elegir un empeoramiento de sus condiciones de vida en el nombre de una mejora a medio plazo en el futuro. Así como la estrategia neoliberal de la devaluación interna es políticamente irracional (aunque, en teoría, podría ser económicamente eficaz), de la misma manera la política de devaluación súbita, a través de la salida del euro, es igualmente irracional (aunque podría ser económicamente racional). Los partidos políticos griegos que están a favor de optar por la solución del dracma en el corto plazo no son significativos. Las innumerables garantías de SYRIZA, durante su campaña para las elecciones de junio, de que sus políticas no ponen en peligro la permanencia de Grecia en el euro son un indicador muy potente de la tendencia antes mencionada. La primacía de la política es la gran lección que se desprende de las elecciones griegas de junio de 2012.

5) La forma en que SYRIZA se encargará de resolver la tensión entre la esperanza y el miedo, entre el fácil "slogan" del pasado y el realismo impuesto por el presente, en medio de las tendencias anti-europeas que existen dentro del partido y las convicciones pro-europeas de la mayoría de su electorado, son los que determinan su dinámica futura. Si no supera la cultura de lo "pequeño es hermoso" de la mayoría de las organizaciones que la constituyen, tendrá dificultades en el fortalecimiento de sus vínculos con el núcleo de pro-europeo de la sociedad griega. Se corre el riesgo de languidecer en la oposición. Si se mueve en la dirección de construir una alternativa de izquierdas, con un programa moderno y realista, las actuales condiciones favorecen su ascenso al poder. La campaña de Alexis Tsipras sorprendió a todos. Hoy en día parece que avanza hacia la segunda opción. Pero el resultado final, dadas las características internas de SYRIZA y la violencia de la crisis, no es nada evidente.
 
El tablero político en Grecia se ha convertido en un campo minado para los partidos en el poder, con el sistema de partidos entrando en una larga fase de gran inestabilidad y la agitación. ¿Cuánto tiempo pasará, desde el último vuelco electoral, antes de que se encuentre un nuevo equilibrio? La única teoría sobre el tema,  que se encuentra en la ciencia política, es extraordinariamente simple: no existe una teoría concluyente. Por esta razón los análisis que consideran “finiquitados” a uno u otro partido (por ejemplo, el PASOK y el Partido Comunista Griego) están a la vanguardia de sí mismos. Los enfoques que sostienen que Grecia está entrando en una nueva etapa de la política de dos partidos (con la Nueva Democracia y el SYRIZA como los polos centrales) son, por decir lo menos, apresurados. Los malos tiempos están llenos de sorpresas.

Fuente: http://www.policy-network.net/pno_detail.aspx?ID=4217&title=Shooting-horses-in-cold-blood

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