Inventando la amenaza iraní

 

Por Stephen Lendman

Traducción de Enrique Prudencio para Zonaizquierda.org

  

Irán no amenaza a nadie, y los líderes occidentales e israelíes lo saben. Como también lo saben los representantes de los más de 100 países del Movimiento de los No Alineados, reunidos en Teherán desde el 26 al 31 de Agosto, participando en la decimosexta “cumbre” de Países no Alineados. Su presencia es un respaldo y una confirmación de su apoyo a Irán, y una muestra de desaprobación de la hostilidad y beligerancia occidentales, que confiere prestigio a Teherán cuando más lo necesita.

 

Washington e Israel apuntan implacablemente a la República Islámica. Los planes de guerra llevan largo tiempo esperando ser llevados a la práctica. Los medios de información sin escrúpulos y los llamados think-tanks o grupos de reflexión de extrema derecha los respaldan. Están pagados para apoyar la demolición y depredación de un país tras otro.

 

El Instituto Judío para Asuntos de Seguridad Nacional (JINSA en sus siglas en inglés) se considera a sí mismo “el grupo más influyente en cuanto a las relaciones militares EE.UU.-Israel”. El JINSA “aboga a favor de unos EE.UU. militarmente poderosos, una fuerte y sólida política de seguridad y unos estrechos lazos militares con Israel y otras sedicentes democracias por el estilo”. El JINSA apoya el reino del terror de Israel, sus planes de dominio regional y su beligerancia criminal contra los palestinos y otros enemigos regionales. El JINSA se fundó en 1976 para conseguir el apoyo total de Washington. Se trataba de cerrar con un pacto de hierro la unión política entre los dos países. Conectaba a los altos dirigentes del complejo militar-industrial de los dos países.

 

En enero, el periódico judío Daily Forward destacaba en primera plana “el liderazgo de JINSA en continuo cambio después de la destitución”, diciendo debajo del titular:

 

"El despido del anterior director ejecutivo Shosana Bryen irrita a otros miembros de la Dirección. Como protesta, los neoconservadores James Wollsey, Richard Perle y Michael Ledeen dimiten del Consejo Consultivo".

 

El diario Fordward atribuyó lo ocurrido a “un desordenado y oscuro cambio del poder en la cúpula del grupo y a la lucha por seguir manteniendo la posición relevante y la financiación del mismo en tiempos de recortes presupuestarios y creciente competencia de otras causas sionistas”.

 

También está en juego un sistema político atestado de neoconservadores. Las Organizaciones rivalizan por conseguir influencia, credibilidad, preeminencia y financiación. Contar con los ex altos cargos como miembros del Consejo o Consultores resulta una cuestión clave. Lo mismo que contar con individuos ricos y otros conectados con fundaciones de derechas bien dotadas de fondos.

 

No es probable que JINSA se quede sin miembros influyentes de los que realmente cuentan. David Steinmann preside el Consejo Consultivo. Anteriormente  encabezó la Organización de la familia de extrema derecha William Rosenwald. Está fuertemente unido al lobby israelí, a defensa y a otros intereses empresariales.

 

El copresidente del Consejo David Justman es director ejecutivo y consejero de patrimonio de JP Morgan. El vicepresidente Morris Amitay es el anterior director ejecutivo de AIPAC . También es el fundador del Comité de Acción Política de Washington. Al igual que JINSA es un fanático halcón pro israelí.

 

El Consejo Consultivo incluye entre sus miembros numerosos generales y almirantes retirados. Está atestado también de ideólogos de extrema derecha pro israelí. JINSA no tiene escasez de personajes clave en representación de los intereses israelíes, que a veces son totalmente contrarios a los de Estados Unidos.

 

Stephen Walt y John Mearsheimer incluyen a JINSA entre otros grupos influyentes que componen el Think-Tank del lobby  armamentista israelí. Sus objetivos suplementan los del AIPAC. El Comité de Asuntos Públicos Israelo-Americano (AIPAC) en sus siglas en inglés se centra en ejercer su influencia sobre las políticas del Gobierno y el Congreso norteamericano.

 

JINSA se centra en la cuestión militar, los lazos entre los altos cargos del Pentágono y el IDF y el complejo industrial-militar norteamericano. Tras el 11-S JINSA y los demás grupos de su calaña reclamaron la expansión de la respuesta militar de Washington. Abogaron a favor de la guerra contra Irak.

 

Ahora JINSA quiere la guerra contra Irán. Los titulares del 16 de julio pasado eran “Las sanciones a Irán resultan peligrosamente ineficaces”, queriendo decir:

 

"Los gobernantes iraníes creen que pueden soportar las sanciones y esperar a que los países se alineen para comprar su petróleo una vez que el estatus de Irán como potencia nuclear  sea seguro”. Irán todavía cuenta con un ingreso sustancial procedente del petróleo. Sus reservas en oro y divisas son muy grandes. Nada de lo que se hace actualmente contra Irán va a conseguir que cambie su política. Las sanciones “son una táctica a corto plazo condenada al fracaso en un futuro previsible”. Los ataques cibernéticos, la propaganda, el asesinato de científicos nucleares iraníes, las negociaciones y otras acciones similares pueden apaciguar, pero no van a ayudar mucho. Mientras tanto, Irán “gana tiempo para enriquecer más uranio”.

 

JINSA considera que “la carrera de Irán para conseguir armas nucleares es un imperativo estratégico” a pesar de que no exista evidencia alguna para probarlo. Además “cree que el desafío a las sanciones occidentales a la vista de todos es una razón adicional para que el mundo islámico emule el ejemplo revolucionario de Irán”.

 

En lugar de mantener las políticas actuales, JINSA aboga por descartar las nociones de contención, estrechar lazos con los estados de la región, incrementar la presencia del pentágono en Oriente Medio y promover una alianza regional contra el desarrollo nuclear de Irán.

 

La gracia del chiste de JINSA estaba en el final, cuando dijo:

 

“Prepararse para la intervención militar en el momento óptimo, con independencia de elecciones o de cualquier otra consideración política, reconociendo que la amenaza creíble del uso de la fuerza militar es el mejor seguro para indicar qué tipo de guerra tendrá la mayor garantía de éxito”.

 

Al igual que JINSA, el Instituto Americano de la Empresa (AEI en sus siglas en inglés) ejerce una tremenda influencia pública en la política. Fundado en 1943, promueve “la libre empresa y una fuerte defensa de la misma centrada en astutas relaciones internacionales y en las oportunidades de negocio que proporciona” a los sectores dominantes de la sociedad Norteamérica para incrementa su riqueza y poder.

 

El AEI está conectado al Consejo de Intercambio Legislativo Americano (ALEC) por sus siglas en inglés y no es un lobby o grupo de presión cualquiera. Es mucho más poderoso que eso. Las grandes corporaciones utilizan  estratégicamente al ALEC. Ellos promocionan legislación que beneficie su balance final. En los años 70 del pasado siglo, AES alcanzó una gran prominencia a nivel nacional. Pasó de tener doce “pensadores” residentes a tener 145 eruditos residentes, 80 profesores adjuntos y una gran plantilla de personal de todas las disciplinas.

 

Ronald Reagan dijo del AEI que era “una revolución en el campo de las ideas del cual también él había formado parte. Su extraordinario grupo de trabajo es testimonio del triunfo del think tank. A día de hoy los más importantes los eruditos y los más destacados de EE.UU. provienen de nuestros think tanks y ninguno ha sido más influyente que el Instituto Norteamericano de la Empresa.”

 

Tras el 11-S, el AEI fue uno de los más importantes arquitectos de la política exterior del Gobierno de Bush. Era influyente en la promoción del cambio de régimen en Irak mediante la guerra. Georges Bush se refirió en tres ocasiones al AEI. Expresó la admiración que sentía, diciendo que el “había estado tomando prestados” sistemáticamente a algunos de sus mejores elementos”. Más de 20 miembros del AEI formaron parte del Gobierno.

 

En junio de 2003, el AEI y la Sociedad Federalista para el Derecho y los Estudios de Políticas Públicas fundaron el observatorio  NGO, un grupo israelí de vanguardia. Desprecia la verdad, la equidad y la justicia. Cuando Israel quiere una guerra, el NGO se pone rápidamente en la vanguardia.

 

Presidentes de corporaciones y otros altos cargos forman el Consejo de dirección. Dick Cheney es uno de sus miembros prominentes. Entre los académicos se encuentran Nwet Gingrich, Paul Wolfowitz, John Bolton, John Yoo, Richard Perle, Phil Gamm, Larry Lindsey, Glenn Hubbard, Charles Murray, Roger Noriega y Lynne Cheney.

 

El AEI influye poderosamente en la confección diaria del orden del día de la agenda imperial de Washington. Actualmente lo hacen los  halcones contra Siria e Irán.  Crean el peligro de guerra contra los regímenes de ambos países.  No son nada tímidos a la hora de promocionar la guerra abiertamente.

 

Maseh Zarif es el director de investigación y desarrollo del AEI para el “Proyecto de Amenaza Crítica”. El pasado 22 de Agosto Zarif dio este titular a los medios: “el complejo militar Iraní de Panchin y la conexión nuclear”, diciendo:”El programa de armas nucleares representa una seria amenaza a la seguridad y los intereses de Norteamérica. Irán ha estado trabajando en el desarrollo de componentes clave para la fabricación de armas nucleares durante décadas – secretamente cuando puede y abiertamente cuando se descubre – contraviniendo los tratados de no proliferación nuclear que ha firmado y las obligaciones internacionales que está obligado a cumplir”. “El régimen iraní ha financiado una campaña intensiva de denegación y decepción dirigida a facilitar el desarrollo de tecnologías clave para el desarrollo y la infraestructura y, en última instancia, el cumplimiento de sus ambiciones nucleares”.

 

Zarif trata de inventar la realidad y no lo consigue. No existe absolutamente ninguna evidencia que indique la existencia de un programa iraní de fabricación de armas nucleares. Los dirigentes de Israel, Washington y de otras naciones europeas lo saben. Como lo saben perfectamente los académicos del AEI. Quizás Zarif debería consultarlos. No obstante él persiste en afirmar que Irán avanza por tres vías interrelacionadas y paralelas: "la adquisición de material fisible, la militarización, diseño de la bomba y desarrollo del vehículo de lanzamiento". En Panchín, afirma, se realizan experimentos relacionados con el armamento nuclear. Sus acusaciones son espurias. No existe evidencia. Sustituye la realidad por la retórica. La credibilidad es absolutamente nula. Está tratando de encender la chispa de la guerra. También lo hacen otros académicos y miembros del Consejo de Administración.  Ellos priorizan la preponderancia del Imperio. Devastar y saquear el mundo, un país tras otro, es su forma de conseguirlo. JINSA y otros grupos de extrema derecha concurren en la causa. Las sociedades por las que ellos abogan no están diseñadas para vivir en ellas.

 

Fuente:

 

http://www.informationclearinghouse.info/article32291.htm

 

Otra información:

 

"El líder espiritual del partido ultra-ortodoso Shas hace una llamada a los judíos para que recen por la aniquilación de Irán".

 

 

 

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