Comunidades
civiles aterrorizadas
Gaza y el ghetto de Varsovia
Por Melvin A. Goodman, Center for International Policy
Traducido por Enrique Prudencio para Zonaizquierda.org
El ghetto de Varsovia fue el mayor de
todos los guetos judíos durante
la ocupación nazi de Europa en la Gran Guerra Patria. La Franja de Gaza
es el mayor ghetto palestino en el Medio Oriente y se encuentra entre
las zonas más densamente pobladas del mundo.
Los alemanes aislaron el ghetto de Varsovia del mundo exterior en 1940.
Israel se retiró de Gaza en 2005, pero mantiene el control exclusivo del
espacio aéreo y las aguas territoriales de Gaza. Controla el movimiento
de personas y mercancías dentro o fuera de Gaza. Como resultado de ello,
la Unión Europea y Human Rights Watch, así como las agencias de las
Naciones Unidas consideran que Gaza permanece ocupado por Israel.
El desempleo era un problema importante en el ghetto de Varsovia, y más
de 100,000 residentes del ghetto murieron a causa de enfermedades o por
inanición. El bloqueo israelí de Gaza ha devastado la economía y ha
causado una gran escasez de medicamentos básicos y equipos médicos. En
2010, el primer ministro británico, David Cameron, dijo que "los bienes
humanitarios y las personas deben fluir en ambas direcciones. No puede y
no debe permitirse que en Gaza se mantenga un campo de concentración".
Quizás las comparaciones no resulten idénticas punto por punto. El
número de muertos entre los habitantes judíos del ghetto de Varsovia,
consecuencia de las deportaciones a campos de concentración y el
arrasamiento del propio ghetto fueron 300.000. El ghetto en sí fue
arrasado casi en su totalidad durante el levantamiento de 1943, cuando
los alemanes quemaron sistemáticamente y volaron los edificios del
ghetto, bloque por bloque, asesinando a quienes capturaban.
Sin embargo, los ataques israelíes incesantes y repetidos de forma
compulsiva en la última década indican que los israelíes están haciendo
pagar a los palestinos inocentes por el salvajismo de los alemanes hace
70 años. Los crímenes de Israel contra los palestinos, se iniciaron de
hecho en 1948 con la "Nakba", la "catástrofe", cuando cientos de miles
de palestinos fueron expulsados de sus hogares durante la guerra
árabe-israelí. Como resultado, los palestinos son los únicos refugiados
del mundo a los que se ha dado el estatuto de refugiados hereditarios.
La masacre israelí en Shejalya, con los niños palestinos llevando
banderas blancas y corriendo delante de la artillería y de los tanques
israelíes para salvar sus vidas, es una estampa calcada de la masacre en
Varsovia. De acuerdo con un médico noruego que presta asistencia médica
en Gaza, "la impunidad de Israel es un gran problema médico. Cada niño y
adulto muertos, y todas las lesiones, todas las amputaciones, son cien
por ciento prevenibles. Esto es un desastre hecho por el hombre que está
cínicamente planeado y brutalmente ejecutado por el gobierno de Israel".
Hay dos factores de peso que se destacan en cualquier examen de la
crisis de Gaza: la intransigencia persistente del primer ministro
israelí, Benjamin Netanyahu, y la falta de voluntad de Israel para
buscar una solución diplomática y política a la tragedia de Palestina.
Al igual que una larga lista de políticos israelíes, Netanyahu favorece
una total humillación previa al exterminio del pueblo palestino. Está
dispuesto también a poner en evidencia a la única nación en el mundo que
está dispuesta a apoyar a Israel con ayuda militar y económica: Estados
Unidos. Netanyahu ha ignorado amistosas peticiones de Estados Unidos
para detener la construcción ilegal de asentamientos en los territorios
ocupados.
Netanyahu siempre se ha opuesto al llamado proceso de paz, y es el
responsable del “fracaso” del proceso de Oslo. En 1997, durante su
primer mandato como primer ministro israelí, insistió en que sólo
continuaría con las negociaciones si se agregaba una cláusula que
estableciera que Israel no tendría que retirarse de determinados
"lugares militares". Según Gideon Levy, un periodista israelí que ha
publicado escrito "El castigo de Gaza". Netanyahu dijo en un momento de
jactancia: "¿Por qué era esa cláusula tan importante? Porque a partir de
ese momento, Israel ya se podía olvidar de las negociaciones de Oslo,
que pasaban a mejor vida".
El ex ministro de Relaciones Exteriores israelí, Abba Eban dijo una vez
que los palestinos "nunca pierden una oportunidad de perder una
oportunidad." Ahora mismo se puede decir que eso es lo que les está
ocurriendo a los sionistas. El primer ministro Netanyahu ha avergonzado
en repetidas ocasiones al presidente palestino, Mahmoud Abbas, que
intenta alcanzar una solución pacífica a la crisis. El presidente
Abbas ofreció a Netanyahu una oportunidad más en abril, cuando creó un
gobierno de "consenso nacional" palestino con Hamas. La Autoridad
Palestina y el Presidente Abbas establecieron los términos para el nuevo
gobierno, que incluía el compromiso palestino con la no violencia, la
adhesión a los acuerdos pasados, e incluso el reconocimiento de Israel.
Estos términos fueron diseñados no sólo para complacer a Israel, sino
para satisfacer las exigencias de Estados Unidos y sus aliados europeos.
Según Nathan Thrall, un analista del International Crisis Group que
cubre Gaza, Israel, Jordania y Cisjordania, Israel se opuso a EEUU, se
negó al reconocimiento con el nuevo gobierno y trató de aislar a los
palestinos a nivel internacional.
El Presidente Netanyahu está utilizando una fuerza militar abrumadora
para aterrorizar a una comunidad civil, con el fin de hacerla volver a
la situación anterior, con limitaciones extremas en el uso de la
electricidad en Gaza, el vertido al mar de las aguas residuales sin
reciclarlas, la carencia de agua potable por estar cerradas las plantas
potabilizadoras por la falta de electricidad. Así Israel pretender
garantizarse la perpetuación de la desesperación entre quienes se ven
obligados a vivir en condiciones infrahumanas. Tal desesperación
llevaría a cualquier ser humano a creer que la resistencia violenta es
el único recurso. Ante la desesperación, los palestinos volverían a
lanzar sus inofensivos petardos artesanales… y el Estado sionista
volvería a invadirlos, tantas veces como hiciera falta, hasta
exterminarlos. El exterminio total y absoluto de un pueblo es algo que
parecen tener muy claro por su propia experiencia del Holocausto. Vean
si no las declaraciones de una miembro destacada de la Knesset:
Ayelet Shaked es miembro del partido ultranacionalista Hogar Judío, que
es parte de la coalición gobernante. Ella es citada como autora de una
exhortación a la masacre de las madres palestinas que dan a luz a
"pequeñas serpientes". Shaked registró un post en Facebook que varios
críticos denuncian como un llamamiento al genocidio. El post de Shaked
reza: [las madres] "tienen que morir y sus casas deben ser demolidas
para que no puedan alojar más terroristas. . . todos son nuestros
enemigos y su sangre debe ser derramada sobre sus cabezas. Esto también
se aplica a las madres de los terroristas muertos, a todos".
El post en Facebook, continúa:
"Detrás de cada terrorista se encuentran decenas de hombres y mujeres,
sin los cuales no podrían continuar con el terrorismo. Todos ellos son
combatientes enemigos, y su sangre deberá bañar sus cabezas. Y esto
también incluye a las madres de los mártires, que los envían al infierno
con flores y besos. Ellas deben seguir a sus hijos, nada sería más
justo. Ellas deben ir con ellos, como deben ir al infierno las casas
físicas en las que engendraron las serpientes. De lo contrario, en ellas
seguirán criando nuevas serpientes".
De lo anterior se desprende que desean repetir el holocausto con los
palestinos pero no de la forma inacabada que lo hizo la Alemania
nazi. La lección que aprendieron es que en un holocausto merecedor de tal
nombre no debe quedar títere con cabeza. Parecen querer enmendarle la
plana al nazismo en su ejecución del holocausto y conseguir que el que
lleven a cabo ellos, los sionistas, será una obra magna y no la
“chapuza” del III Reicht, que dejó vivos una enorme cantidad de enemigos
sionistas que se han reproducido prolijamamente.
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*
Goodman es autor de la
Inseguridad Nacional: El Costo del Militarismo Norteamericano (City
Lights Publishers, 2013).
Fuente:
http://www.ciponline.org/research/entry/terrorized-civilian-communities-gaza-and-the-warsaw-ghetto