Un gobierno de gran coalición en Alemania para intensificar las políticas de austeridad en Europa.

 

Por Peter Schwarz*
Traducción: Enrique Prudencio para
Zonaizquierda.org

Se puede extraer una importante lección política del acuerdo de coalición alcanzado después de dos meses de negociaciones entre los partidos conservadores de Alemania (Unión Demócrata Cristiana, Unión Social Cristiana) y el Partido Socialdemócrata: resulta imposible que los trabajadores puedan defender sus derechos en el marco de estos partidos y del sistema político existente en Alemania.

Apenas se han debatido pasajes cruciales del acuerdo recogidos en la sección “Una Europa Fuerte”, debido en gran parte a que los socios de la coalición estaban de acuerdo con ellos antes de empezar a negociar. Pero estos pasajes confirman que los partidos de la coalición se han comprometido a seguir un curso político-económico que ha llevado a gran parte de Europa a un desastre social sin precedentes en tiempos de paz.

La Unión Demócrata Cristiana (CDU), la Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) han acordado impulsar las políticas de austeridad que han causado miseria indescriptible en Grecia, Portugal, España y otros países, con el aumento del desempleo a niveles récord y con toda una generación de jóvenes despojados de un futuro digno y millones de medios de vida destruidos.

La mayor parte del acuerdo de coalición de 185 páginas se caracteriza por formulaciones vagas, pero en este tema el documento deja todo claro como el cristal. “La política de consolidación fiscal debe continuar”, se afirma. El acuerdo continúa declarando que “las reformas estructurales para aumentar la competitividad y una rigurosa consolidación fiscal sostenida”, son condiciones previas indispensables para “salir de la crisis”.

El acuerdo rechaza “cualquier forma de puesta en común de la deuda soberana” y descarta los bonos soberanos conjuntos (bonos en euros) y cualesquiera otros mecanismos que pudieran reducir la carga de los intereses de los países endeudados. Los préstamos de emergencia de los fondos financieros europeos deben seguir atados a unas medidas de austeridad draconianas. Deben concederse únicamente “como último recurso” y a “cambio de condiciones estrictas, es decir, el cumplimiento la rajatabla de las reformas y las medidas de consolidación por parte de los países receptores”.

Para asegurarse de que no hay tregua en la presión sobre los países endeudados, el acuerdo establece un endurecimiento de la “vigilancia de la planificación presupuestaria de los países por parte de la Comisión de la UE.” En román paladino, esto significa la intensificación de la política de empobrecimiento social, con la que la Canciller alemana tiene comprometida a media Europa, incluida la propia Alemania.

Las grandes empresas utilizarán la caída de los ingresos en la Europa del sur y del este como palanca para reducir aún más los salarios en Alemania, que ya cuenta con un enorme sector de bajos salarios.

El salario mínimo alemán acordado por los socios de la coalición no alcanza para cambiar la situación actual. Sin embargo se ha fijado en sólo 8,50 euros y entrará plenamente en vigor en 2017 y no se incrementará hasta el año 2018. Este salario mínimo no hará más que deprimir el nivel general de los salarios.

Los miembros del gobierno entrante son conscientes de que sus políticas provocará un intenso conflicto social. Preparándose para ello, los partidos conservadores y el SPD no se han limitado a una gran coalición que controla las cuatro quintas partes de los parlamentarios. También se han llevado a bordo a los sindicatos, los verdes y el partido de la Izquierda.

Los sindicatos apoyan el acuerdo de coalición sin condiciones. El presidente de la Federación Alemana de Sindicatos, Michael Sommer, lo calificó como “muy positivo”. El jefe del sindicato ferroviario EVG, Alexander Kirchner, declaró que iba a votar a favor.

La semana pasada, 500 delegados en un congreso del sindicato metalúrgico IG Metall vitorearon a la líder de la CDU, Ángela Merkel y al líder de la SPD, Sigmar Gabriel. Este último aseguró en el congreso que no iba a firmar nada con lo que los sindicatos no estuviesen de acuerdo.

El Partido Verde ya lo había dejado claro en las conversaciones previas a la formación de la coalición de gobierno con los partidos conservadores y los sindicatos. Al optar por formar una coalición con la CDU en el estado de Hesse, los verdes han señalado que están dispuestos a intervenir como apoyo si la alianza con el SPD si se desmorona. La crítica del partido al acuerdo de coalición viene de la derecha: se queja por el exceso de dinero que se asigna a las mujeres jubiladas. El documento de la coalición establece que la ayuda a la jubilación de la mujer que dio a luz a un niño antes de 1992 se incrementará en 28 euros al mes.

El Partido de la Izquierda respalda el acuerdo de coalición, sólo que no tan decididamente como los Verdes. Tiene sus propios y estrechos vínculos con las organizaciones sindicales y utilizó su campaña electoral para argumentar a favor de su inclusión en una coalición con el SPD y los verdes. Justificó esta línea al declarar que el SPD podría realizar su propio programa sólo en alianza con el Partido de la Izquierda. Incluso ahora, el líder del Partido de la Izquierda Gregor Gysi se queja de que el programa electoral del SPD se puede encontrar en el acuerdo de la coalición “en el mejor de los casos como una nota al margen”.

La realidad es que el acuerdo de coalición es el programa del SPD. No puede haber ninguna duda a este respecto, desde la introducción del programa de lucha contra el bienestar de la Agenda 2010 por el canciller Gerhard Schröder del SPD hace más de una década.

La elección de Peer Steinbrück, ministro de Finanzas en el gobierno de gran coalición anterior (2005-2009) como candidato principal del SPD en las elecciones de 2013 confirmó que el SPD representa incondicionalmente los intereses de los grandes negocios y las finanzas. Era la figura de Steinbrück, y no sus huecas promesas, la que encarnaba el programa electoral del SPD.

La oferta del Partido de la Izquierda para entrar en una coalición con el SPD deja claro que no tiene grandes diferencias con la política derechista de los socialdemócratas. Resulta significativo que tras los reparos iniciales sobre el acuerdo de coalición, criticando alguno de sus aspectos secundarios, el Partido de la Izquierda no haya mencionado a continuación la política de austeridad en Europa. En varios de los gobiernos estatales y en los consejos locales, el Partido de la Izquierda ha demostrado en la práctica que es totalmente compatible con la aplicación de este tipo de políticas despiadadas a las personas.

En los próximos conflictos sociales, los trabajadores se enfrentan no sólo a la gran coalición, sino también a un grupo conspirador compuesto por todos los partidos parlamentarios y los sindicatos. Estas fuerzas van a hacer todo lo posible para neutralizar y reprimir todo tipo de resistencia social.

En las luchas por venir, la clase obrera necesita un partido que defienda incondicionalmente sus intereses y una a la clase obrera de toda Europa en la lucha por una sociedad socialista. Ese partido podría ser el Partido Socialista por la Igualdad (Partei für Soziale Gleichheit-PSG), la sección alemana del Comité Internacional de la Cuarta Internacional.

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*Peter Schwarz es doctorado en filosofía por la Universidad Estatal de Ohio, Profesor visitante de la Universidad China de Minería y Tecnología, Profesor del Charlotte Instituto Mundial de Sistemas energéticos y medio ambiente.

 

Fuente: https://www.wsws.org/en/articles/2013/11/29/pers-n29.html

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