Tribunal Ciudadano
de Justicia 15M.
Mareas... Cumbres...
#23N
Por Alex Zambrano*
Ilustración de O COLIS
[...] No
lo entiendo, de verdad que no lo entiendo,
[¿realmente todavía y a estas alturas Mareas se
plantea cualquier confluencia que pueda suponer romper la baraja con el
resto de colectivos?]
Aunque todo debate es siempre
sano dudo mucho de la salubridad de las intenciones de Cumbres para con
Mareas y el resto de movimientos sociales, pero no me siento parte de la
Asamblea de Marea Ciudadana, aunque sí, sin lugar a dudas, de las mareas
que baten y hacen temblar las calles. Dicho esto, esa es una decisión
[el acuerdo en los términos que expone Cumbre Social] que
sólo incumbe a quien se sienta y se siente y ampara en la Asamblea de
Mareas que para mí comienza a rozar, por algunos vértices, las líneas rojas.
Pero cómo no identificarme con Marea Blanca o Verde ¿acaso sería tan
ciego? ¿Pero sería tan ciego para pensar que necesito un representante
de mis derechos fundamentales como son la sanidad y la educación? NO,
los defenderé siempre sin necesidad de representante alguno, buscando el
apoyo mutuo, la lucha colectiva, la construcción de alternativas reales.
La búsqueda de soluciones y el trabajo de barrio del día a día.
¿Cómo no hacerlo con un padre sanitario, una madre en paro de larga
duración, una abuela a la que no le dan ni la renta de inserción mínima,
un abuelo que tiene una pensión que sinceramente me entran ganas de
asaltar bancos, un hijo al que han denegado beca de comedor y de libros
pese a que en su día, y no hace mucho, fuimos declarados la
tercera unidad más pobre de una población de Madrid de 50.000
habitantes?
¿Cómo no sentirme parte de la marea exiliada cuando más de la mitad de
mis amigos todos menores de 30 años están en el exilio absoluto en USA;
Irlanda, Francia, Finlandia, Australia, o en lugares de África que hace
no mucho me costaba situar a ciencia cierta en el mapa?
¿Cómo no me voy a sentir parte de quienes se declaran anticapitalistas
si el capitalismo manifestado en el poder financiero y especulativo son
el origen probado de muchos, por no decir de todos, los principales
problemas de mi entorno?
¿Cómo no voy a ser antifascista si vomito con ciertas afirmaciones
racistas aun incluso cuando quiero contener o disimular mis opiniones?
¿Cómo no voy a ser feminista si la desigualdad laboral machaca a mi
compañera, amigas, madre, abuela, tías, prima, compañeras de lucha,
vecinas, niñas, mujeres, ancianas?
¿Cómo no voy a ser sindicalista en el término más literal del mismo si
soy un trabajador al que en su corta vida laboral han explotado,
exprimido, malogrado, denostado, apremiado, utilizado aunque a veces
premiado con la guinda del €€€ como a un burro con una zanahoria?
Incluso aun sintiéndome afortunado porque tan sólo he estado en el paro
3 meses en los 7 años de vida laboral activa que llevo? Puedo decir con
claridad que mientras no sea dueño de mi trabajo, seré igual de esclavo
con o sin dinero.
De todas la huelgas generales tan sólo no he podido secundar una y esta
misma fue por ser precisamente el día en que firmaba el contrato y me
incorporaba a mi puesto de trabajo.
[...]
Así pues ¿Cómo no apoyar algunas de las ideas que plantea la
coordinadora 25S aunque no pueda participar de sus análisis políticos en
general, aunque sí, en particular, en algunas cosas importantes: abolición
de la monarquía, proceso destituyente? Y, por supuesto, todo mi apoyo
contra la criminalización que desde la policía y los poderes
institucionales se hace contra este movimiento del que participamos
todos y cada uno de los que se nos ocurre
–dios que no existe sabrá por
qué– levantar la voz tras pedir la palabra.
¿Cómo no querer, cuidar y fomentar la cultura si lo que más amo incluso
por encima de la política es el arte, la literatura, el teatro, la
música, el cine, la escultura y en fin, cuantas cosas nos diferencian de
las rocas y nos hacen verdaderamente libres?
¿Cómo no defender el agua y su gestión pública si somos todos en nuestro
mayor porcentaje agua?
¿Cómo no defender la naturaleza si somos parte de ella y al destruirla
no hacemos sino destruirnos a nosotros mismos?
¿Me trataríais de obligar o proponer siquiera que tuviera que decidir
entre mis más actuales inquietudes políticas y las más fundamentales de
las convicciones que siempre defiendo y defenderé?
¿Por qué? ¿Por qué lo dicen Toxo y Méndez?
–¡Válgame Dios! –dijo Sancho–. ¿No le dije yo a vuestra merced que
mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento, y no lo
podía ignorar sino quien llevase otros tales en la cabeza?
–Calla, amigo Sancho –respondió don Quijote–; que las cosas de la
guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza; cuanto más, que
yo pienso y es así verdad, que aquel sabio Frestón que me robó el
aposento y los libros ha vuelto estos gigantes en molinos, por quitarme
la gloria de su vencimiento: tal es la enemistad que me tiene; mas al
cabo, han de poder poco sus malas artes contra la bondad de mi espada.
–Dios lo haga como puede –respondió Sancho Panza.
Y, ayudándole a levantar, tornó a subir sobre Rocinante, que medio
despaldado estaba. Y, hablando en la pasada aventura, siguieron el
camino […].
Y yo me pregunto –guiño para Ángel de IU que me llamó intelectual casi
como un insulto, proponiéndome que desconocía lo mundano, la más
imperiosa necesidad de sobrevivir de muchos otros, curioso, y me lo dijo
20 minutos después de que Práxedes me llamara Fascista–, ¿soy un
intelectual fascista? y nosotros... decidme, ¿qué seremos, gigantes o
molinos? ¿Sanchos o Quijotes? ¿Dulcineas o Marcelas? Yo desde luego si
fuera mujer quisiera ser Marcela y si hombre, Quijote. Y déjenos el cura
y el barbero escribir nuestra página. Y si no nos dejan soñar, NO LES
DEJAREMOS DORMIR.
¿Acaso los Ángel o Práxedes son terribles o son perfectos? ¿lo soy yo o
creo serlo? Ni una cosa ni otra ni ellos ni yo ni nosotros ni todas.
Somos la mayoría así, heterodoxos, diferentes, aunque evidentemente el
respeto es siempre un objetivo, un medio y un fin que nunca deberíamos
perder de vista, espero en ese aspecto mejorar y os reconozco a muchos
gratitud pues a pesar de todo he aprendido de todos, de unos mucho de
otros poco, pero sobre todo espero que sigamos luchando.
RECUERDO PUES LO CONSENSUADO:
12H - Plaza de España - SOL 23N
¡JUICIO A LA BANCA!
SALVEMOS LO PÚBLICO
SALVEMOS LAS PENSIONES
SALVEMOS A LAS PERSONAS
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*Alex Zambrano es miembro
del Tribunal Ciudadano de Justicia del 15M
.
El texto de este artículo fue extraído, con permiso del autor, de un
texto más amplio.