Dos
ideas frente a la crisis
Por: Rodrigo Uprimny
Texto publicado originalmente en
https://www.dejusticia.org/acerca-de-nosotros/
La crisis que estamos viviendo admite lecturas y salidas
diversas, incluso opuestas. Una visión optimista afirma que
estas movilizaciones son nuestra primavera democrática pues
la ciudadanía está saliendo a las calles a reclamar la
solución de problemas no resueltos acumulados. Esta
democracia callejera permitiría entonces una profundización
de nuestra débil democracia. Pero hay igualmente una lectura
pesimista: que esta crisis muestra una sociedad no sólo
polarizada sino además desarticulada e ingobernable, por la
falta de liderazgos claros y lúcidos, ni en el Gobierno ni
en los promotores del paro. La persistencia indefinida del
paro y los bloqueos, junto con la represión muchas veces
desproporcionada, incrementaría la polarización, las
violencias y terminaría en soluciones autoritarias que
pondrían en riesgo nuestra débil democracia.
Ambas lecturas captan elementos reales de esta compleja
crisis, que puede desembocar en una profundización
democrática o en un salto (¿o asalto?) autoritario. Que
suceda una u otra cosa dependerá en gran medida de que
tengamos la lucidez de encontrar salidas democráticas. En
esta columna recojo y planteo entonces dos ideas que me
parecen útiles para enfrentar dos complejidades de esta
crisis.
La primera enfrenta el problema de las gravísimas violencias
y violaciones a los derechos humanos ocurridas en estas
protestas, que han ocasionado decenas de muertos. Muchos
manifestantes sienten que sería insultar la memoria de las
víctimas cesar las protestas sin garantizar que no habrá
impunidad frente a esos crímenes, pero no confían en la
Fiscalía, la Procuraduría y la Defensoría, por la cercanía
de sus jefes al Gobierno. Pero si el paro y los bloqueos
persisten los riesgos de salto (¿o asalto?) autoritario se
incrementan. Para salir de ese dilema, podría pensarse, como
lo han propuesto algunas organizaciones de derechos humanos,
la creación de una comisión investigativa temporal
internacional, integrada por unas tres personas intachables
nombradas por instancias internacionales, como la CIDH o la
alta comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que
rinda en pocos meses un reporte que reconstruya los hechos y
presente recomendaciones para que los crímenes ocurridos no
queden en la impunidad y no se repitan. Esa comisión no
sustituiría la necesaria investigación de esos crímenes por
las autoridades nacionales, pero daría confianza de que esos
hechos serán esclarecidos y no quedarán en la impunidad.
La segunda idea aborda el hecho de que los actores que se
han movilizado son diversos, con expresiones territoriales
distintas, por lo cual muchos no se sienten totalmente
representados por los actores nacionales. ¿Cómo lograr
entonces dar expresión a esa diversidad de actores y voces,
muchas de ellas locales, pero teniendo en cuenta que también
tiene que haber un diálogo y una negociación más
centralizados entre, por ejemplo, el Comité del Paro y el
Gobierno? La propuesta desarrollada por varios académicos y
líderes sociales es entonces que una protesta con focos
diversos debería ser enfrentada con una negociación
multinivel. Hay que aprovechar y fortalecer espacios de
democracia local, como los cabildos abiertos o los consejos
territoriales de paz, para que estos ciudadanos movilizados
puedan discutir y tomar decisiones sobre sus reclamos
territoriales. Y que esas dinámicas democráticas locales
puedan ser articuladas en forma escalonada con las
negociaciones a nivel nacional.
Estas ideas, que son complementarias a otras importantes
propuestas que circulan, como las de Sergio Jaramillo y
Humberto de la Calle, no son fórmulas mágicas para enfrentar
la crisis, pero muestran que son posibles salidas
democráticas.
2021/05/15
Otras
opiniones del autor:
https://elpais.com/internacional/2021-05-18/rodrigo-uprimny-colombia-esta-viviendo-una-primavera-democratica.html