ENTREMESES
DE UNA ÉPOCA OSCURA
TEATRO DE MAYO*
Por Ana García Valdivia**
Ilustraciones de O COLIS para
Zonaizquierda.org
Teatro de Mayo es una expresión más del
estallido de la sociedad exigiendo tener voz y ser escuchada
El 15 de Mayo de 2011 nació una corriente que hasta el día de hoy no ha
dejado de desencadenar movimientos, tan diversos que van desde la
formación de grupos de economía hasta la creación de obras teatrales.
Las personas, que llevaban dormidas demasiado tiempo, despertaron para
no volver a callar, para opinar, para debatir y para participar y hacer
democracia.
Como no podía ser de otra manera, en 2013 aparece en la Tabacalera la
ópera bufa de tiempos de crisis: Crepúsculo del Ladrillo, una
ópera-protesta o también podríamos llamarla ópera-asamblearia acompañada
por los coros de La Solfónica. Ésta nos narraba y cantaba las
vergonzosas agresiones sociales relacionadas con la gran estafa bancaria
en este país, sin olvidarse de hacer un repaso de la clase política. Se
puede decir que ésta revolucionaria iniciativa dio paso a la creación de
una nueva producción, mucho más ambiciosa, que lleva a formar una
compañía de teatro, a la que conocemos como Teatro de Mayo.
Entremeses de una época oscura es el primero de sus trabajos, escrita
por José Manuel Naredo y Octavio Colis, y dirigida por éste mismo.
Ambos, junto con la productora Liliana Pineda, ya trabajaron juntos en
la ópera bufa, y es gracias al entendimiento y afinidad de los tres que
el proyecto vio la luz el pasado lunes 20 de Abril.
La obra se mueve a través de un grupo de arlequinos denunciantes del
panorama político-social actual. Cada actor interpreta a uno o más
personajes que recuerdan a una figura de la realidad política, aunque el
objetivo no es centrarse en calificar a personas concretas sino hacer un
repaso general de la situación presente, haciendo crítica también de las
instituciones y el sistema en el que nos encontramos sumergidos.
Entremeses nos habla de las grandes finanzas, que son quienes nos
gobiernan realmente, imponiendo sus intereses económicos por encima de
todos y aprovechando cualquier oportunidad para sacar provecho sin
importar la situación de desamparo que aguarde a los ciudadanos. La obra
no deja atrás tampoco la crítica a la monarquía, una institución que nos
llega desde la Edad Media, cuyo fundamento está construido sobre la
desigualdad y el derecho divino de uno solo sobre el resto.
A
través de personajes como Trampagoso indignado, Perezoso, Prinzosa, el
Rey Juan Claros, Robangarín, la Baronesa y la Alcaldesa, la obra nos
habla de los privilegios, de la impunidad y del descaro de una élite
clasista y corrupta. Esta élite nos roba y vive en el lujo y la
despreocupación, completamente ajena a los problemas que puedan existir
fuera de su burbuja, mientras que el resto de personas trabajan sin que
eso sea ya si quiera una garantía para salir de la pobreza. Se les ha
caracterizado con un toque déspota, son personajes en los que abunda la
soberbia, además del cinismo.
Al final de la obra los personajes bailan la conga con una gran bandera
española tejida en lana. Aquellos que llevan sus rentas fuera de España,
los mismos que defraudan Hacienda, presumen de patriotismo. Con ironía y
mucho humor Entremeses... nos reproduce estas y muchas otras ideas.
El teatro, la música, la poesía, el baile…todas estas manifestaciones de
arte que recoge Entremeses de una época oscura son una reivindicación
social. El arte es una herramienta al servicio de las personas que nos
permite representar las inquietudes del ser humano, sus preocupaciones y
sentimientos. El mundo en que vivimos determina quienes somos, y por eso
no podemos dejar de involucrarnos en el mismo. Cuando hay un malestar
social tan grande como el actual, la denuncia se vuelve una obligación,
y qué mejor manera de mostrar la realidad que con una obra de arte.
Por desgracia, no todo el mundo que desee ver la obra podrá costeársela.
Pese a que el artículo 44 de la constitución española establece ‘Los
poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que
todos tienen derecho’, no solo siguen sin haber suficientes
subvenciones, también tenemos un IVA que actúa como traba a este
derecho. Parece ser que la cultura no interesa. O al revés, interesa
tanto y es tan fundamental para el desarrollo de las personas, que para
algunos puede llegar a resultar peligrosa su extensión y acceso a todo
aquél que lo desee. Por ello, los que tengamos la suerte de poder
permitirnos disfrutar de esta función, no olvidemos que muchos otros no
podrán, y, sigamos protestando hasta recuperar la dignidad que nos
debemos. Y sigamos apoyando proyectos como esta obra de teatro, pues ‘el
teatro es un vínculo con el mundo exterior, situaciones que pasan en el
mundo son vistas a través del teatro, el teatro nos trae la vida real a
escena, a través de los actores que nos muestran el mundo, el espectador
puede ser conmovido por dichas situaciones. El teatro trata de hacer
presente lo ausente’ (Peter Brook).
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http://entremesesdeunaepocaoscura.com
** Ana García Valdivia es estudiante de Derecho
y Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Madrid